Cada cultura deja su impronta singular en el vasto panorama de las culturas del mundo. Todas las culturas, al coexistir, componen las múltiples facetas de la humanidad, irisada y diversa. Con el transcurso del tiempo, las culturas se han fecundado mutuamente, se han mezclado y enriquecido. Pero confrontadas a las grandes problemáticas contemporáneas y en términos de desarrollo económico y humano, las culturas no comparten la misma suerte ni el mismo destino.
El Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo nos ofrece la ocasión de poner de manifiesto la vitalidad que encierra la diversidad de todas las culturas, sin excepciones, y la imperiosa necesidad de protegerla y darle prioridad en las estrategias de desarrollo. Este Día Mundial nos brinda también, a cada uno de nosotros, la oportunidad de reflexionar sobre la forma de participar, humana y concretamente, en un proceso de tolerancia hacia todas las culturas del mundo.
La Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, elaborada en 2001, postula con firmeza que "la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras".
En 2005, la UNESCO aprobó además la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, cuya originalidad radica en reconocer la índole dual, a la vez económica y cultural, de las actividades y los bienes culturales, facilitar su libre circulación y, de este modo, crear un auténtico dispositivo internacional de cooperación y desarrollo.
Este Día Mundial adviene en el marco del Año Internacional de Acercamiento de las Culturas 2010, cuyo objetivo consiste en intensificar el diálogo entre las culturas, con miras a estrechar los lazos entre los pueblos de todo el planeta, y facilitar el progreso de la civilización. En este sentido, estamos plenamente conscientes de que el mayor progreso es la paz.
Merced a la intensificación de los intercambios en todos los rincones del planeta, vivimos en un mundo interconectado e interdependiente. No obstante, persiste todavía un desfase entre el simple conocimiento inicial y la comprensión real y profunda de los derechos, valores y aspiraciones del prójimo. Esta situación entraña la necesidad de una auténtica educación en materia de diversidad cultural, para que este mensaje se perciba claramente: todas las culturas son iguales en dignidad y en derecho.
Aún nos queda un obstáculo por salvar: es indispensable sensibilizar las conciencias a los valores comunes, a lo que une y refuerza, para poder asumir nuestra responsabilidad compartida ante los inmensos retos a los que debemos responder mancomunadamente.
Por consiguiente, exhorto a los responsables políticos, las comunidades y la sociedad civil a que defiendan la diversidad cultural y tomen medidas en su favor, por todos los medios que le confieran mayor reconocimiento y vigor. Es urgente que adoptemos estrategias concretas en pro de la diversidad cultural, colocándola a la vanguardia del diálogo y el desarrollo. Debemos avanzar todos hacia un mismo objetivo: un mundo solidario, cuya diversidad constituye su riqueza y su fuerza.
Estamos todos asociados en este enorme empeño de preservar y estimular la diversidad que formamos juntos.
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Para ver:
- 3er Festival Internacional de la Diversidad
- 2010, Año Internacional de Acercamiento de las Culturas
- Informe Mundial sobre la Diversidad Cultural