05-11-2003 2:00 pm París/Nueva Delhi (India) – Pese a los avances lentos pero reales efectuados durante los años 1990, las niñas siguen afrontando “una fuerte discriminación en el acceso a la escuela” en la mayoría de los países en desarrollo. Esta es la conclusión a la que llega un informe mundial cuya presentación pública tiene lugar hoy en Nueva Delhi.
La paridad entre los sexos en el ámbito de la educación es una perspectiva lejana en 54 países, de los cuales 16 de África subsahariana, Pakistán y la India, subraya el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos 2003-2004,* el estudio más completo sobre las tendencias de la educación en todo el mundo. En China, el país más poblado del planeta, los niños seguirán siendo más numerosos que las niñas en la enseñanza secundaria durannte todavía muchos años.
“Aunque no son realmente sorprendentes, estos resutados son preocupantes”, ha dicho Koichiro Matsuura, Director General de la UNESCO. “La paridad entre los sexos en materia de educación es una prioridad porque la desigualdad ante la educación costituye un grave atentado contra los derechos humanos fundamentales, y también un importante obstáculo para el desarrollo social y económico”.
La consecución de la igualdad entre los sexos constituye uno de los seis objetivos del Programa de Educación para Todos que 164 gobiernos han hecho suyo en el Foro Mundial sobre la Educación, que tuvo lugar en abril del año 2000 en Dakar (Senegal). Se escogió como primera etapa hacia la igualdad la consecución de la paridad entre los sexos, es decir la escolarización (en primaria y secundaria) de un número igual de niñas y varones, y se fijó 2005 como año límite para conseguirla.
En el informe, se analizan los esfuerzos que se están realizando en el mundo entero para incrementar la escolarización de las niñas, que, en primaria, progresó más deprisa que la de los niños en el decenio de 1990-2000: A escala mundial, el índice de paridad entre los sexos (IPS) pasó del 0,89 al 0,93 (el IPS 1 indica la paridad entre varones y niñas). Sin embargo, la discriminación que sufren las niñas a la hora de ir a la escuela sigue siendo un grave problema. A este respecto, el informe destaca que el 57% de los 104 millones de niños del mundo sin escolarizar (estimación referente a los niños en edad de asistir a la escuela primaria) son niñas. Sobre los 128 países de cuyos datos se dispone para el año 2000 (año de referencia), 52 han alcanzado ya el objetivo de paridad entre los sexos o lo alcanzarán, en la enseñanza primaria o secundaria, de aquí al 2005.
Según el informe, los países con peores resultados en materia de acceso de las niñas a la escuela son Chad (IPS de 0,63), Yemen (0,63), Guinea Bissau (0,67), Benin (0,68) Níger (0,68), Etiopía (0,69), República Centroafricana (0,69), Burkina Faso (0,71), Guinea (0,72), Malí (0,72), Liberia (0,73) y Pakistán (0,74) (ver cuadro 5 del anexo estadístico del Informe). En estos países, la proporción de niñas con respecto al número de varones escolarizados alcanza, en el mejor de los casos, un 75% solamente. La India, con un IPS de 0,83 en primaria, se encuentra sólo un poco mejor situada.
Aunque la situación se traduce en general por un desequilibrio en detrimento de las niñas, el Informe subraya que la balanza se inclina a veces a favor de éstas debido a que un número muy considerable de varones no finalizan sus estudios de enseñanza secundaria. En este caso se encuentran países como Bangladesh (1,05), Dinamarca (1,05), México (1,05), Nueva Zelandia (1,06), Bahrein (1,07), Islandia (1,07), Federación de Rusia (1,07), Trinidad y Tabago (1,07), Colombia (1,10), Filipinas (1,10), Malasia (1,11), Emiratos Árabes Unidos (1,12), Reino Unido (1,17), Suriname (1,18) y Suecia (1,26) (ver cuadro 7 del anexo estadístico del Informe).
“Invertir en la educación de las niñas vale la pena,” dice Christopher Colclough, director del Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo. “La educación contribuye a incrementar en gran medida la productividad de las mujeres y, por consiguiente, a aumentar los ingresos de sus hogares y reducir la pobreza. También contribuye a aumentar el bienestar de las personas y del conjunto de la sociedad. En efecto, cuando los padres, y sobre todo las madres, poseen instrucción, sus hijos e hijas gozan de mejor salud, están mejor alimentados y tienen más posibilidades de ir a la escuela y conseguir mejores resultados en ella. Invertir en la educación de las niñas es uno de los medios más idóneos de garantizar que las generaciones futuras sean instruidas.”
En el informe se dice que una de las razones principales de que los niños no acudan a la escuela estriba en la necesidad de contribuir en los ingresos familiares. También se dice que, según las estimaciones más recientes, “el 18% de los niños con edades comprendidas entre 5 y 14 años son económicamente activos, lo que significa que en el mundo hay 211 millones de niños que trabajan, la mitad de los cuales, aproximadamente, son niñas”. Además, hay muchos más millones de niños que participan en las tareas domésticas, muchas veces en detrimento considerable de su asistencia a a las aulas y de sus resultados escolares. “Las niñas realizan esas tareas en una proporción mucho mayor que los niños,” dice Colclough.
El costo de la escolarización representa otro obstáculo importante. En efecto, pese a los numerosos instrumentos jurídicos relativos a los derechos humanos, por los que los Estados se han comprometido a establecer la enseñanza primaria gratuita y obligatoria, hay en el mundo 101 países que siguen imponiendo gastos de escolaridad bajo forma de derechos de matrícula, compra de libros de texto, uniformes escolares obligatorios y contribuciones a la comunidad. El informe señala el caso de seis países de África, donde se ha podido comprobar que “la aportación financiera de los padres representa casi un tercio de la totalidad del costo anual de la enseñanza primaria.”
Hay también otros muchos obstáculos para la educación de las niñas, por ejemplo el matrimonio prematuro, los conflictos, el VIH/SIDA y la violencia en la escuela. En Nepal, por ejemplo, el 40% de las niñas están casadas antes de cumplir los 15 años. En Africa Meridional y el Caribe, la proporción de jóvenes de 15 a 19 años infectadas es entre cuatro y siete veces mayor que la de los varones del mismo grupo de edad. El informe dice que esta “diferencia se explica por la generalización de la explotación, los abusos deshonestos y las prácticas discriminatorias de que son víctimas” las muchachas. Asimismo, se ha estimado que en el decenio de 1990 unas 100.000 niñas y jóvenes participaron directamente en conflictos armados en 30 países por lo menos, en calidad de combatientes, cocineras, porteadoras, espías, domésticas o esclavas sexuales, y que la inmensa mayoría de los 25 millones de desplazados internos del mundo son mujeres y niños. En el informe, se mencionan también las conclusiones de un estudio reciente de Sudáfrica en las que se pone de manifiesto que el peligro de la violencia en la escuela es “uno de los problemas más importantes con los que tiene que enfrentarse el aprendizaje”.
El informe indica que algunas prácticas escolares cotidianas contribuyen a reforzar las disparidades entre los sexos y, a este respecto, se refiere a un estudio sobre varios países del África Subsahariana, en el se ha puesto de relieve que, por regla general, se recurre más a las niñas para realizar ciertas tareas como barrer y fregar el suelo o ir a buscar agua. La presencia insuficiente de maestras es otro factor que también influye negatigavente en la promoción de una mayor igualdad entre niños y niñas. En la India, “los hombres ocupan el 90% de las plazas de maestro en las escuelas con una sola aula, y en el 72% de los centros docentes con dos aulas las maestras brillan por su ausencia”.
En el informe se precisa también que alcanzar la paridad de escolarización entre los dos sexos no significa lograr la igualdad entre ambos. A este respecto, señala el caso de aquellos países – situados principalmente en Europa, América Latina y Asia – donde los resultados escolares insuficientes de los varones no han tenido todavía consecuencias negativas para ellos en materia de empleo en los sectores político y económico. En efecto, el informe señala que las mujeres tienen que trabajar más y obtener mejores resultados que los hombres “si quieren triunfar en la competición por conseguir empleo, un puesto de responsabilidad e igual salario.”
En el informe de este año se presenta un nuevo Índice de Desarrollo de la EPT (IDE) (véase anexo), que permite obtener una visión más exhaustiva de los realizados en cada país hacia la consecución de los cuatro objetivos más fácilmente mensurables de Dakar, a saber: universalización de la enseñanza primaria; alfabetización de adultos; paridad entre los sexos; y calidad de la educación, apreciada en función del índice de supervivencia en la escuela hasta el último año de primaria. Se ha estimado por primera vez el IDE correspondiente a 94 países (año 2000), entre los que no figura la mayoría de los Estados Miembros de la OCDE. No obstante, los países sobre los que se han efectuado estimaciones representan entre el 50% y el 80% de los pertenecientes a las siguientes regiones: África Subsahariana, Estados Árabes, Asia Meridional y Occidental, y América Latina y el Caribe.
De esos 94 países, solamente 16 – que en mayoría están situados en Europa Central y del Este, en América Latina y el Caribe – han alcanzado o están próximos a alcanzar los cuatro objetivos mencionados anteriormente, ya que su IDE es de 0,95 o más. En 42 países pertenecientes a todas las regiones en desarrollo el valor del IDE oscila entre 0,80 y 0,94, lo cual les permitirá alcanzar los objetivos de la EPT, a progresos condición de que mantengan el ritmo de sus esfuerzos actuales. Otros 36 países tienen un IDE inferior a 0,80, lo que significa que tienen un largo camino que recorrer para cubrir los objetivos fijados en Dakar. De ellos, 22 pertenecen al África Subsahariana, aunque también figuran en este grupo Bangladesh, India, Nepal y Pakistán.
El Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo lo elabora un equipo internacional independiente asentado en la sede de la UNESCO, en París (Francia). La elaboración de este informe forma parte de las actividades de seguimiento del Foro Mundial sobre la Educación de Dakar y se efectúa con el asesoramiento de un consejo de redacción internacional. En su financiación participan la UNESCO y toda una serie de organismos bilaterales.
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* “Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo 2003/4, Educación para Todos, Hacia la Igualdad entre los Sexos”. Ediciones UNESCO, Francia, 2003 (en español sólo se ha publicado, por ahora, un Resumen de la versión íntegra del Informe, que lleva el mismo título).
El Informe puede consultarse en la siguiente dirección: www.efareport.unesco.org
** En el Foro Mundial sobre la Educación, más de 160 países se comprometieron a alcanzar en 2015 los siguientes objetivos:
Extender y mejorar la protección y educación integrales de la primera infancia, especialmente para los niños más vulnerables y desfavorecidos.
Universalización de la enseñanza primaria.
Velar por que sean atendidas las necesidades aprendizaje de todos los jóvenes y adultos mediante un acceso equitativo a un aprendizaje. adecuado y a programas de preparación para la vida activa
Aumentar de aquí al año 2015 el número de adultos alfabetizados en un 50%.
Suprimir la disparidad entre niñas y varones en la enseñanza primaria y secundaria para 2005 y lograr la igualdad entre los sexos en el conjunto del sistema educativo de aquí al año 2015.
Mejorar la calidad de la educación en todos sus aspectos.
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