Ref. :  000000980
Date :  2001-05-24
langue :  Espagnol
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Economía de la matriz, cosmopolítica de la diversidad

Este texto fue escrito para la intervención hecha en el marco del Foro UNESCO-MERCOSUR del 24 al 25 de mayo sobre el tema: "La diversidad cultural ante la mundialización económica"

Mots-clés : 



1. Pensar la diversidad del mundo
2. La cuestión de la diferencia : A la búsqueda del mundo perdido
3. La diferencia en cuestión : El Mundo reencontrado
4. Cultura, globalización y mundialización
5. Economía de la matriz, cosmopolítica de la diversidad
6. Propuestas



" La sinfonía es al unísono lo que el ritmo es al paso cadente " Aristóteles

1. Introducción : Pensar la diversidad del mundo

Comenzaré por esa observación convencional según la cual a mayor grado de de generalidad del objeto que se pone en discusión es elevado, más su evidencia supuesta aleja de la apropiación deseable, y por consiguiente, de la comprensión que está en juego. Es naturalemente el caso con " mundo " y " globo ", objetos que se estiman bien conocidos, y lo mismo con " mundialización " y "globalización ", objetos lancinantes de todas las discusiones contemporáneas. Pues, si cada ciudadano está convidado al vasto debate que invita a tomer partido sobre tales fenómenos, a pronunciarse sobre sus carácteres positivos o negativos, a evaluar los efectos actuales o futuros sobre las condiciones de la vida de la Humanidad, quien osa todavía preguntar lo que significan verdaderamente esos conceptos ? Bien pocos, en verdad, son los que cuestionan los dos conceptos de " mundialización " y de " globalización " en su esencia propia – como si no contuvieran nada problemático, como si cada uno los entendiera sin discusión posible, como si fuera inúti dudar acerca de supertinencia. Y aún menos numesos parecen ser aquellos que sienten la necesidad de redefinir lo que designa hoy " globo " y lo que quiere decir " mundo " en el seno de los conceptos de globalización y de mundialización. En ese sentido, toca primero saludar la iniciativa de nuestros anfitriones, proponiéndonos a justo título de hacer " vuelta arriba " (" retour-amont ", como decía el poeta René Char) hacia esos conceptos, a fin de aprehender la cuestión de " la diversidad cultural " en su especificidad actual, y, precisamente, en el nuevo horizonte de lo que se llama mundializción y globalización. Toca igualmente resaltar que el sólo hecho de asociarlos así – con la conjunción de coordinación y – constituye por sí mismo una invitación al pensamiento que no tiene nada de anodino, puesto que el entendimiento mayoritario esta más bien centrado sobre el o exclusivo (" ¿Hay que habler de mundialización o de globalización ? ") que sobre el y que forza la idea de una posible simultaneidad (la idea que mundialización y globalización puedan " coexistir ", incluso oponerse y hasta entrar en conflicto ?) – una idea aparece, de hecho, tan poco evidente que es problemática.
El interés de asunto no les habrá escapado : es, a minima, de restituir a la cuestión de la " diversidad cultural ", si no los fundamentos teóricos sucsceptibles de ser compartidos más allá de las divisiones políticas y nacionales ordinarias, al menos un marco de elaboración que lo aleje de todo reproche de facticidad. En efecto, esta cuestión aparece a menudo como un simple slogan de substitución a aquel de la " excepción cultural ", el cual cada uno sabe, en América Latina más que en cualquier sitio, a que punto no supo convencer acerca de su pertinencia. El riesgo es claro, en efecto, que la diversidad no sea percibida como un imperativo moral de más : el imperativo de preservar la multiplicidad de culturas, porque eso sería " bueno ", y porque descuidarlas, incluso aplastarlas, sería " mal "… Y toca afirmarlo sin rodeos : si " la diversidad cultural " se redujera a tal postura defensiva y moralisante, no solamente no merecería ser defendida, sino que además sus días estaran contados. En cambio, quedan por pensar los vínculos controvertidos entre mundialización y globalización. Quedan por pensar los lazos complejos que entretienen "diversidad" y "mundo". Queda, en fin, por pensar la diversidad en sí misma, más allá de carácter encantador de su argumento y de su leitmotiv. Una tarea que, una vez cumplida, permitirá representar alos ojos de todos los ciudadanos, no tanto porqué la diversidad es buena y la ausencia de diversidad mala, paro más bien porqué la diversidad cultural es indispensable a la existencia y a la perenidad de mundos que sean efectivamente mundos. Es decir mundos en los cuales vivan políticamente hombres que aparecen como seres auténticos, que tengan la dignidad, los atributos y el reconocimiento legítimos.

2. La cuestión de la diferencia : A la búsqueda del mundo perdido

Primero, yo notaría que la distinción entre mundialización y globalización, si es probablemente compartida por nuestra asamblea – no sería sino sobre la base del programa tracado por nuestros anfitiriones – esta distinción está lejos de ser por sí misma, en particular en los medios, en el debate político internacional y aún en el debate académico, en cualquier disciplina (de la filosofía al derecho y de la economía a las ciencias políticas).
Para un gran número de oradores, por más prestigiosos que sean, globalización y mundialización, es la misma cosa, y no es raro que los dos terminos sean utilizados como simples equivalentes de una frase a otra al seno de un mismo discurso o artículo. Mundialización et globalización : dos conceptos para un mismo proceso, dos formas de designar un único fenómeno – es hoy todavía el uso y el entendimiento mayoritarios. Pero, lamentandolo, me apresuro a anotar que " el bando de la diferencia " no cesa de progresar a costas del " bando de la indiferenciación ". En efecto, aquellos que distinguen mundialización de globalización son cada vez más numerosos, en todos los países, estos son los profesionales de todas los horizontes y disciplinas que no se contentan con evocar esta distinción, pero que contribuyen a producirla por sus discursos mismos las diferencias que inducen cada una de esas expresiones. Oradores que prueban por sus trabajos sobre esos conceptos que las diferencias que conllevan no son superficiales, " cosméticas ", anecdóticas, que no se reducen al enésimo episodio de una rivalidad liguística bien conocida (aquella entre el francés y el inglés internacional), pero que corresponden, por el contrario, a varias lineas de fractura que simplemente es impossible ignorar. Es decir que en adelante parece inaceptable, teniendo en cuenta la importancia de lo que se ventila con el debate en cuestión (sobre las mutaciones del mundo actual y de su porvenir), pretender que no haya más que de lo Uno donde está probado que hay de lo Multiple.
En respecto a eso, toca entragar a los lenguajes lo que les es debido : una evolución notable en cuanto a la difusión y el uso de los conceptos en juego, y esto desde hace una decenia aproximadamente – es decir desde que nos interesamos de manera más y más asídua por "la globalización" y por "la mundialización" . Las lenguas, ¿es decir? " Les langues imparfaites en cela que plusieurs
", como escribía irónicamente Mallarmé, lo que resuena cruelmente sobre un continente que oculta todavía un patrimonio de cerca de mil lenguas, en mayoría amerindias, mientras que sólo cinco son lenguas oficiales – una forma de globalización de la cual conocemos los precios y las consecuencias. Este paréntesis para decir que yo no me intereso acá precisamente sólo a seis entre todas las lenguas que pueden dar razón de la mundialización y de la globalización – mi búsqueda sobre el sujeto estando leos de ser acabada. Entonces una palabra de la relación que entretienen con esos conceptos el francés, el español, el portugués, el italiano, el alemán y el inglés.
El francés, por su parte, entiende de largo tiempo atrás (desde hace medio siglo por " mundialización ", más recientemente por " globalizacion ") los dos conceptos, que se puede decir ocupan un lugar equivalente (en volumen) en las discusiones y en los escritos que conciernen los sujetos que nos ocupan. La preponderancia del termino mundialización es no obstante suficientemente neta, y tiene tendencia a afirmarse desde hace algunos años, lo cual atribuyo al hecho que más y más francófonos han hecho suya la convicción que el término "mundialización" podía significar otra cosa por un lado, que el inglés " globalisation " o el americano " globalization " (un concepto de cual muchos piensan aún que " mundialización " no es sino la traducción). Esta coexistencia, no siempre pacífica reviste entretanto acepciones muy alejadas, que se pueden situar sobre un cursor entre dos extremos: de un lado, la indiferenciación absoluta, ya señalada ; de otro lado, una oposición radical entre dos fenómenos supuestamente diferentes. Entre los dos, todo un abanico de posiciones que asignan lugares diferentes a los dos conceptos, posiciones en general provenientes de un juicio moral tal que éste, difundido en los medios políticos : "¡La mundialización si ; la globalización, no!" . Y , de manera general, se puede subrayar en francés una débil rigor en la utilización de los dos vocablos, que genera en efecto confusión bastante perjudicial tanto para los analistas de los fenómenos referidos como para los que escuchan y leen.
Se encuentra un clivage en estas otras tres lenguas que son el español, el portugués y el italiano. En cada una de ellas, mundialización y globalización coexisten (mundialización y globalización ; mundializaçao et globalizaçao ; mondializzazione et globalizzazione) y tienen una frecuencia de utilización elevada, si no es vieja. En la abundante literatura que las concierne en dichas lenguas, se ubica una utilización a veces bien diferenciada, pero también como en francés, una confusión frecuente del sentido de los dos conceptos, como si fueran uno sólo. En fin, Hay que remarcar – a diferencia del francés – una clara preponderancia del término "globalización" – pero una dominación ligeramente en regresión desde hace dos o tres años, probablemente bajo la presión de los movimientos sociales, de las ONG y de los intelectuales, que han contribuido a vulgarizar la diferenciación entre mundialización/globalización frente a un gran público no especializado.
Por el contrario, la base es por supuesto muy diferente en las lenguas anglo-sajonas : en inglés, bien sea "de Gran Bretaña" (globalisation) o " americano " (globalization), al igual que en alemán, con sus variantes austriacas y suizas.
En inglés como en alemán, la raíz " mondial " ou " mundial " no existe…¡ si no más que es para designar un célebre evento futbolístico! Y no hay construcción equivalente que haya sido construída a partir de las palabras " world " o " welt ". Subsiste así solamente lo " global " frente a lo" internacional " (que no tiene una acepción diferente del nuestro) – un global que ha producido de un lado globalisation / globalization, de otro lado globalisierung. Estos vocablos beneficiaro entanto de un monopolio, que no está por supuesto desligado del fenómeno concerniente (¿la globalización no comienza con la globalización lingüística?) y que desvaneció de la escena la "mundialización" de las lenguas latinas, con su sutilidad!¡Y por tanto! La bella tonalidad armónica de tales lenguas anglo-sajonas sobre el sujeto más "englobante" por naturaleza, esa tonalidad fue fisurada desde hace algunos años , con la aparición de neologismos y sus utilizaciones más y más desarrolladas.
Así, mondialisierung – estricto equivalente de nuestro latino mundialización – se ha convertido en un concepto, que si bien es relativamente poco difundido, ha adquerido dignidad propia en la lengua alemana en apenas tres a cinco años, al punto de figurar en numerosos coloquios, artículos científicos y ensayos como un obet filosófico, sociológico y antropológico aceptable, y en particular cuando se trata de interrogarse sobre los dominios respectivos de la pareja mondialisierung / globalisierung – una distinción inaudita hace ya un decenio.
Así mundialization, que existe ya en inglés-americaino desde comienzos de los años 70 con una acepción específica (por ciertono desprovista de interés(1)), se ha convertido recientemente en un concepto utilizado ( modestemente es cierto, y sin embargo) por investigadores, intelectuales, actores políticos y sociales, en un sentido que bien es el de mundialización, y que permite introducir en la lengua dominante todo un registro permitiendo dar una nueva dinámica a la lectura de globalization, de reevaluar esta lectura gracias a unos matices hasta ahora extraño – en resumidas, de pensar lo otro de la globalization bajo la especie de la mundialization, verdadera aventura !
En fin, recordaré para la memoria que en varias lenguas orientales, tales que el japones, por ejemplo, no solamente la distinción entre mundialización y globalización es, con algunas excepciones (universitarios, artísticos, políticos) inaccesible, pero la distinción misma entre mundialización o globalización, por un lado, e internationalization, por el otro, es también raramente percibida, siendo así muy delicada de entender.
Este largo y breve desvío lingüístico tiene ambiciones limitadas, pero también algunas virtudes, que resumiré así :


  • en primer ligar, permite medir que la distinción entre mundialización y globalización es una cuestión , y una cuestión que queda abierta ;

  • en segundo lugar, permite observar que el movimiento de fondo en obra actualmente al seno de algunas lenguas dominantes es bien aquel de una distinción de más en más neta y motivada entre los dos conceptos ;

  • en tercer lugar, pemite también repetir que " globalización ", lejos de ser una situación de monopolio, cede progresivamente su lugar frenta a " mundialización ", que aparece más y más como una alternativa semántica y conceptual seria.

Yo agregaría que ahí donde se hubiera podido imaginar muerto (o al menos moribundo) el concepto de "mundo", como si no tuviera nada más para revelar o proponer, el concepto conoce, por el contrario, un regreso impetuoso que designa claramente la insuficiencia de otros conceptos considerados a dar razón de los procesos de globalización, de integración, de fusión.

3. La diferencia en cuestión : El Mundo encontrado

Habría formas normativas de poner la diferencia entre globalización y mundialización. Yo optaría una vía un poco original, que no me parece " mejor ", pero simplemente muy aclarante. Consiste a partir de algunas definiciones comparadas que obtuve de mis estudiantes en filosofía. Definiciones que tengo el sentimiento que nos " dicen mucho más " sobre nuestro sujeto que no lo harían aquellas de los expertos en lenguaje codificado.
Antes de comentarles algunos, preciso que esas definiciones no proviene de nungún otro sitio más que de un curso en la Universidad Paris 8 en el que desarrollé prealablemente la concepción aristotélica del mundo en el sentido político, tal como se inscribe en una reflexión primero sobre la organización colectiva primitiva que es el hogar (el oikos que dio su nombre a la " economía " -oikonomia-, es decir la ley del hogar, la " administración de la gente de la casa), luego sobre la aldea, el pueblo que ya no es el hogar, pero tampoco la Ciudad) y finalmente, sobre la Ciudad – la famosa polis cuyo elemento es lo politikon (lo politíco), Ciudad regulada por una politeia, un régimen, es decir, a la vez una forma de constitución (monarquica, oligarquica, democrática, etc.) y el gobierno que pone en obra.

Primera contribución, entonces, de Joseph (uno de los estudiantes) :
" La globalización es la tentativa reunir todas las comunidades en un solo hogar por un sistema económico. Tomada en ese sentido, la globalización no puede ser asimilada a la mundialización. En efecto, lejos de instaurar un mundo en común, destruye el mundo transformandolo en hogar de l’oikonomia desligada de toda política. "
Lo que me pareció interesante aca, fue la idea de que la globalización en su forma actual sería a la final una formidable involución, una regresión, el retorno a un estado prepolítico de relaciones solamente " económicas ". Habría así, de un lado, la globalización como proceso de congregación por la economía de todos en un mismo hogar ; del otro, la posibilidad de forgar un " mundo común " por una mundialización propiamente política.
Esta definición es precisada a su vez por Benoît :
" La globalización económica se sitúa en la esfera de las necesidades y de la respuesta a esas necesidades : esa esfera es " la vida " en el sentido más básico del término, una vida en tanto que subsistencia, supervivencia. Esta globalización es entonces la reducción de esa " vida " a su marco más restringido y más alejado de toda existencia política, de toda creación de un mundo común. "
Benoît califica así de otra manera la involución en cuestión : un retorno a la satisfacción pura de las necesidades, a la subsistencia, incluso a la supervivencia, que a menudo caracterizan a una globalización económica " feroz ", si no " salvage ", para aquellos que se esfuerzan por mantener su empleo, el nivel de vida de sus familias, su integridad, su dignidad…Lo " global ", sería así, paradójicamente, no un " más allá " de las fronteras que reconstruiría una nueva " fraternidad " (la famosa " aldea global ") sino por el contrario un " más acá " del " mundo común ", y hasta un " más acá de lo político. En resumidas cuentas, una reducción del hombre a la esfera de las necesidades del oikos primitivo.
Lo cual Richard viene a completar a su turno :
" La globalización ofrece una lectura del mundo consumatorio que inscribe al mundo en una relación directa con la gestión de la gente de la casa (…) La mundialización ofrece una lectura del mundo donde la política seía el motor del pensamiento del mundo. "
" Consumo " y " gestión " surgen de esta interpretación a la vez como medios y como fines de una globalización que no tendría otra instancia. Consumir y administrar ; y consumir todavía ; y todavía administrar … La globalización, sería la tal inmediatez : aquella de la " aldea " deseada (ni siquiera una Ciudad) que se reduciría a una simple " aldea " - en el hogar de los tiempos arcáicos. En el lado opuesto, o mejor : en otra parte, se encontraría " el pensamiento del mundo ", hecho posible solamente por esa distanciación y esa puesta en perspectiva que son propias de lo político.
Lo cual Reine viene igualmente a definir de otra manera :
" La globalización tiene como meta transformar el comportamiento financiero, cultural y económico de los hombres y de volverso identicos (…) Por el contrario, el mundo de la mundialización reagrupa las comunidades de la tierra, no obstante sin alterar los comportamientos culturales. Es esa diversidad misma de los hombres que contituye el Mundo. "
Por lo cual se entenderá que la globalización es intrínsecamente un proyecto, y no un simple " hecho ", o aún el producto no dominado de las nuevas tecnologías. La globalización globaliza, " armoniza ", unifica, reduce hasta " volver identico " aquellos que son por naturaleza diferentes . Lo que también dice Richard de otra manera : " la globalización, que liga los mundos por el sólo proceso de la economía, tiene tendencia a nivelar la sociedad multiple y plural en una socieda global y única. " Más allá de la constatación común Reine, anota que la globalización no se interessa solamente a las finanzas y la economía, sino también, en particular : a las culturas – culturas que desea " transformar ". Al revés, la mundialización aparece como un proceso completamente distinto que no " alteraría " los comportamientos culturales y que preservaría la " diversidad misma de los hombres ".
Habiendo puesto estas definiciones, que trazan en mi sentido de manera pertinente los campos respectivos de los dos conceptos en cuestión, yo citaría todavía una interrogación de Joseph, que parece por supuesto tan vieja como el pensamiento político, pero extrañamente ignorada en la escena internacional actual, en particular la que concierne la negociación de los acuerdos comerciales continentales o multilaterales y de las " integraciones regionales " :
"¿Se puede hablar del mundo sin política ? Eso no tendría sentido, pues es lo político lo que permite salir del oikos (el hogar), favorizando el desplazamiento de un hogar que se reduce a simples intercambios entre individuos de un mismo grupo. "
Finalmente, concluiría esta sección consagrada a la diferencia en obra entre la globalización y la mundialización por esta otra interrogación de Benoît, que me parece ejemplar, en cuanto que manifiesta a la vez la madurez y el optimismo de esa generación de estudiantes, muy frecuentemente despreciada por molicie supuesta de sus conceptos y su " compromisos " :
" ¿Quizá la globalización es ese " desvío más largo " que, pasando de lo político a lo económico, nos llevará finalmente hacia lo político, pero a lo político realmente creador de un mundo común ? "

4. Cultura, globalización y mundialización :

Les propongo redefinir las relaciones delicadas ( ¡o rudas!) existentes por la globalización, la mundialización y la cultura – esto a fin de aclarar la cuestión central de la diversidad. Para ello, empezaría por algunas consideraciones poco originales, pero que permiten balizar un campo de limites complejos.
Primeramente, se pueden situar en el campo cultural en el sentido amplio, dos tipos de procesos que marcaron los veinte últimos años y que " trabajan " conjuntamente nuestro presente – que lo forman, lo informan y lo transforman.
De un lado, un proceso que se puede efectivamente llamar " globalización ", y que tiene ciertas características precisas :


  • la concentración de los actores industriales y de la oferta de " productos culturales " - a la vez de producción, de edición y, más aún, la distribución de esos productos culturales. Esta concentración es espectácular, en particular, en el campo de los fonogramas (" discos "), donde cinco major companies controlan en numerosos países – como en Francia – noventa porciento del mercado y a veces más. Es notoria en el campo del cine, donde las " major companies " – las mismas y otras – se aseguran una parte creciente de los ingresos en las salas (theatrical), luego en explotación videográfica o televisual. Lo es igualmente en el campo del libro, donde se pueden encontrar dos grupos – como es aún el caso en Francia –, que controlan más del ochenta porciento del mercado. Pero lo es también, por supuesto en el campo de la televisión, de la radio, de los periódicos, de las revistas y en adelante del Internet, todos los sectores donde la concentración de grupos bien conocidos es un hecho, cuyos " campos de base " se encontraban originariamente en los países siguientes : Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Alemania, Francia, Brasil, Italia, Dinamarca, Suecia, y Hong-Kong. Digo " se encontraban " en el pretérito, porque otra caracteristica esencial es por supuesto :

  • La deslocalisación masiva de los actores concernidos y la relocalisación mundial de sus intereses económicos (desterritorialización y reterritorialización) en función de sus oportunidades de inversión y de la rentabilidad de esas inversiones ( el ejemplo franco-americano-canadiense del grupo Vivendi-Universal es un paradigma : con sede en Nueva York, etc. ). (4)

Pero también , como corolario de la concentración de los actores ya mencionada :
- una disminución de la oferta de " títulos " (número de películas, canciones, libros, etc.) propuestos por las major companies, que corresponden a la concentración y al crecimiento de las inversiones promedio por unidad producida. Lo que significa claramente : netamente menos títulos ofrecidos, con un precio de retorno promedio de la película, del disco, del libro mucho más elevado, a fin de desarrollar " productos globales " susceptibles de generar ingresos y ganancias unitarias mucho más grandes que lo hubieran sido con una dispersión de inversiones más grande.
Y en fin :

  • Bajo el efecto de la caida de los costos imputables a la industrialización creciente de la producción y de la distribución de los " productos culturales ", una reducción de los precios promedio para el consumidor que se traduce en una " democratización cultural " y en una modificación de la relación de los ciudadanos-consumidores con esa forma de " cultura " que consumen. Por ejemplo, los abonados anuales " a precios de remate " que se desarrollan en las cadenas de salas de cine en Europa generan nuevos espectadores que hacen "zapping", pasando de una sala a otra, cuya relación incluso a la forma cultural del cine es trastornada ;

  • Esto aún más cuando la industria de " productos derivados " de la estrategia de las " major companies " (ropa, accesorios, bevidas, comidas, etc.), que no venden únicamente una película, un disco o un libro, sino más bien una gama de " productos " ligados a un " concepto " general, que puede tanto ser " Los Dinosaurios " como " Las Hormigas "…

  • Creo que precisamente en ese sentido podemos hablar de " globalización " en el campo de la cultura un movimiento de impresionante dinamismo capitalistico que concierne el conjunto de las actividades editoriales (de el escrito a la imágen y al sonido), que es portador de un " crecimiento sectorial " aparente, pero que se caracteriza también por una reducción de la diversidad.

  • (i) diversidad de los actores de los mercados concernientes, con la desaparición acelerada de productores, editores y difusores " independientes " ;
  • (ii) diversidad de las obras o " productos " efectivamente disponibles para los consumidores (porque si la producción de los independientes es activa, tiene más y más dificultad en encontrar un lugar en los canales de distribución monopolizados por las majors) ; y por supuesto,
  • (iii) diversidad de la creación, dado que los talentos se ven confrontados a una regla matemático-financiera que erige una barrera más y más alta frente a su legitima ambición de producción y difusión.

Una globalización, que no cesa de invocar como argumento de marketing " el mestizage de culturas ", pero que vemos que corresponde más a la definición de uno de mis estudiantes : " La globalización, que une mundos sólo por el proceso de la economía, tiene tendencia a nivelar la sociedad multiple y plural en una sociedad global y única. "
Por otro lado, podríamos ubicar en el mismo campo vasto de " la cultura " , otro proceso, que llamaremos " mundialización ", que concierne otros espacios y actores – procesos en parte anterior a los movimientos de globalización de las industrias culturales, y en parte (aquella que es dependiente de las nuevas tecnologías) simultánea.
Ese proceso concierne ; de un lado, esos actores de las industrias culturales en adelante marginales que son precisamente " los independientes ", y, de otro lado, los actores publicos y privados, institucionales o artesanos, de los sectores no industriales de la cultura, en particular, pero no exclusivamente : una parte de la producción y de la difusión de exposiciónes artisticas y de conciertos , la dansa, el teatro, el circo, la opera, las artes callejeras, y todas las formas nuevas y antiguas de culturas dadas a leer, a ver o a oir a un público siempre más vasto e ignorante ( él también) de las fronteras históricas.
Y por supuesto, las características de esta mundialización cultural son muy diferentes de las de la globalización anteriormente evocadas, a saber :

  • un redescubrimiento y una promoción de los patrimonios culturales internacionales (musicales, teatrales, literarios, plásticos, etc.) los más alejados (geográficamente o de otro modo), los más desconocidos (instrumentos olvidados, repertorios poéticos), los más menospreciados (circo, artes callejeras), los más disimulados (formas de résistencia a los poderes dominantes) y que, por esta " mundialización " puesta en marcha por actores culturales no industriales, son accesibles a públicos que no los encuentran jamás;

  • un esfuerzo permanente, mantenido por numerosos actores públicos y privados para imponer la diversidad de formas artisticas e intelectuales, tanto en el plano del fomento a la creación y a la difusión (subvenciones al cine independiente, al libro, a la traducción, a la música ), como en plano de la producción y la edición mismas, actividades que ven sin cesar renovarse por doquier los actores-descubridores, a pesar de las condiciones económicas a menudo insoportables del ejercicio cotidiano ; y particularmente :

  • una búsqueda creciente por esos actores no industriales de obras extranjeras para producir y difundir en una perspectiva igualmente internacional, dado el caso en consorcio, y tan peligrosa como sea la economía financiera de los proyectos concernientes.

Esta mundialización, que cubre también la coproducción de películas sudamericanas, asiáticas, africanas, con independientes europeos, como el trabajo multilateral de pequeños " labels " de música en el Caribe o en Africa central, que las coediciones internacionales de libros de arte con rentabilidad improbable, y de otras " aventuras " culturales análogas o no, se distinguen por supuesto de la globalización industrial por criterios que no obedecen más a la misma jerarquia. Para la globalización industrial, es lo provechosamente inmediato y la capitalización futura (" el efecto de cartera ") que son determinantes y hasta exclusivas – o en todo caso discriminantes. Para la mundialización no industrial, son la calidad intrínseca de las obras producidas y difundidas los criterios dominantes, con sus corolarios que son, de un lado, la diversidad de tradiciones, temas y géneros (5), y, de otro lado, el aporte al patrimonio colectivo que representa su difusión.

5. Economía de la matriz, cosmopolítica de la diversidad :

Lo que la globalización tiene para proponer a la cultura, en definitiva, no es otra cosa que una matriz, en las diferentes acepciones de matriz. Primero, en el sentido técnico : esa matriz que permite moldear un millión de discos , en lugar de mil –porque, ¿qué virtud podría haber, desde un punto de vista económico, en producir y difundir mil discos de mil ejemplares cada uno (el trabajo de hormigas de los " independientes ") en lugar de un sólo título en un millón de ejemplares (el know-how de los " major companies " ? Luego, matriz en el sentido originario que designa la madre y el organo donde tiene lugar la concepción : porque la globalización ambiciona ser la madre de todos los " buenos proyectos " susceptibles de convertirse en " productos altamente productivos ": quiere concebirlos, tomarlos y criarlos hasta sacarle todos los frutos. Pero es una madre inmoral : no quiere dar a luz otra cosa que productos de éxito asegurado y altamente rentables – elije su progenitura… Es una madre posesiva e interesada : no comparte y exige que sus " hijos " la mantegan en la abundancia.


De la " economía de la matriz ", es inùtil esperar otra cosa que lo que le procura su movimiento mismo : " la optimización " estríctamente financiera de toda actividad de la que se apodera. Querer modificar esta base sobre su terreno, sería un sueño. Imaginar que se podría cambiar el curso de la economía globalizante aceptando sus principios y sus reglas no sería más que ingenuidad. Por lo cual invito a cambiar completamente de perspectiva y a volver sobre un terreno bien diferente, que no es otro que el de lo político – y que es precisamente, el de las mundializaciones.
Para que haya un mundo, y que ese mundo sea " común ", es necesario, efectivamente, que exista lo político – sin lo cual no hay sino hogares (oikoï), aldeas, ciudades autárquicas, indiferentes, e incluso hostiles a " lo extranjero " bajo todas sus figuras. Para que haya lo que se puede llamar " cultura ", se necesita primero que haya un mundo , en el cual lleguen a tomar sentido todo un conjunto de culturas locales (de artes, de atuendos, de tradiciones) que lo político revela como culturas a la vista del mundo común. Pero para que esa cultura del mundo tome ella misma su verdadero sentido, para que adquiera esa dignidad, es necesario también que existan otros " mundos " a los cuales ella pueda confrontarse, mundos plurales que hay que descubrir, que conocer, y luego apropiarse – sin así dominarlos de manera aplastante. Para que haya verdaderamente " cultura ", en un sentido irrefutable, y que esa cultura esté en condiciones de enriquecerse y de hacerse perenne, es necesario finalmente que " la diversidad cultural " sea vivida y experimentada en todas sus dimensiones –históricas, geográficas, sociológicas, sectoriales.
Ahora bien, me parece que, paralelamente a la globalización industrial y financiera en curso, un tal movimiento de mundialización de las culturas, cuyas características y movimientos son más que diferentes : por no decir, inversos : está igualmente en marcha.
La mundialización de las culturas, es el descubrimiento de los cines colombianos, taiwanese o iraníes por los públicos europeos, con sus respectivos éxitos de audiencias. La mundialización es la posibilidad de leer en Internet el mismo día de publicación en versión impresa los diarios Clarín, La Nación, O Estado de São Paulo o Le Devoir de Montreal, que esté uno en Dakar, en Bombay o Helsinki. La mundialización de las culturas, es, a pesar del resultado del proceso a Napster y a pesar de la ofensiva jurídico-política de las " major companies ", la posibilidad de intercambiar gratuitamente bajo forma de archivos MP3 músicas de todas las procedencias, que hayan sido editadas o no oficialmente. La mundialización de las culturas, son las exposiciones en el Parque de la Villette de París sobre la joven generación presente de artistas chinos desconocidos fuera de su país, o sobre los artes de vivir en Malí (artes que nos hablan de nosotros – para lo cual puede también servir "la mundialización": es decir, a poner en perspectiva). La mundialización de las culturas es una infinidad de otros procesos de ese tipo en curso, que tienen en común los deseos de descubrimiento, de intercambio y de repartición que no se subordinan ni a las leyes de la economía crematística aristotelica (6), ni a la dominación de grupos de interés capitalísticos.
La punta de lanza de ésta mundialización de las culturas, es la diversidad, sin la cual estaría desprendida de todo sentido y la cual puede solamente llevarla adelante de manera aceptable para la humanidad. Como la globalización, que efectivamente es un, la diversidad cultural debe por tanto volverse un proyecto resueltamente cosmopolítico. Les propongo redefinir juntos acá las reglas de ese proyecto, que yo llamaría " cosmopolítica de la diversidad ".

6. Propuestas :

El eje de estas propuestas es una constatación en dos tiempos. De una parte, la UNESCO no puede por supuesto asumir sola la responsabilidad de todos los desafíos que se dirigen hoy a la cultura y a la educación a nivel " global ", regional y nacional, ni tomar en cargo de todas las soluciones previsibles, en particular las cuestiones que son (o serán) discutidas en el marco de la Organizacón mundial del Comercio, incluso en otras instancias multilaterales decisionales (bien sea en un plano político, económico o jurídico). Pero, de otra parte, con la experiencia de misiones que le fueron asignadas hace mas de medio siglo en el campo de la educación, de la cultura y las ciencias, donde esos campos han sido trastornados por problemas considerables claramente ligados unos con otros (bioética de lo viviente ; propiedad intelectual de medicamentos, vacunas, obras de arte ; movimientos transnacionales de privatización de la educación ; amenazas multiformes sobre la diversidad cultural y lingüística), la UNESCO podría, mejor que cualquier otra instancia , suscitar y asumir un debate de fondo sobre todos los aspectos de la " diversidad cultural ", su historia, su geografía, su economía, sus intereses, y los medios concretos de preservarla, por un lado, de promoverla, por el otro.
He aquí algunas de esas propuestas (10, simbólicamente) que podrían ser retenidas en el cuadro de este debate organizado por la UNESCO, y que someto a su apreciación a título personal, no comprometen a nadie más que a mi (entendiendo que, si ello fuera deseable, propongo, dado el caso, aprovechar, en opinión y contribución, a los miembros del GERM).

Propuesta n°1 - Educación :
La " diversidad cultural " es ante todo y esencialmente una cuestión de educación. Pues sin "educación para el mundo", cómo concebir el sentido y el contenido de la diversidad? Es por eso que debe ser en todos los países miembros de la UNESCO, objeto de enseñanza específico prodigado conjuntamente por los profesores de filosofía, de historia, de literatura y de bellas artes, al menos en las clases de último año del segundo ciclo de estudios (equivalente al último año de secundaria en Francia). Esta materia de estudio, de al menos diez y seis horas en total (es decir 4 horas para cada una de las disciplinas referidas), apuntará a explicitar su concepto, a recordar sus fundamentos y a dar ilustraciones de la historia nacional e internacional, en fin, a hacer comprender a los estudiantes la importancia por medio de estudios de caso concretos de actualidad.

Propuesta n°2 – Formación :
A fin de no ser reducida a un slogan y de contribuir a la " mundialización de las culturas ", la diversidad cultural no puede ser solamente objeto de sensibilización y debate : debe ser igualmente objeto de una competencia y de una formación profesional específicas. Verdaderos alternadores y pedagógos de la diversidad son hoy en día necesarios para transmitirla y hacerla perenne. En esa perspectiva, los países concernidos incentivaran, por una dotación financiera ad hoc, la puesta en marcha por los ministerios a cargo de la Educación, de al menos un diploma universitario especializado, cuyo objetivo podría ser así resumido : " Formar en el conocimiento, la preservación y la promoción de la diversidad cultural "

Propuesta n° 3 - Lenguas :
Dado que la toma de conciencia de la diversidad cultural comienza con el reconocimiento de la multiplicidad de lenguas que permiten medirla y encarnarla, los países de la UNESCO serán invitados a poner en marcha una Carta de la diversidad lingüística por la cual, entre otras disposiciones, se comprometeran :


  • a salvaguardar las lenguas y dialectos minoritarios amenazados sobre el territorio, con medidas de ayuda y enseñanza de dichas lenguas ; de archivo y difusión de los patrimonios lingüísticos concernientes : de promoción de esas acciones ;

  • a promover por todos los medios adaptados el trilingüísmo en los programas de estudios de primaria y secundaria;

  • A favorecer la investigación y la formación en el campo del patrimonio lingüístico.


Propuesta n°4 - Producción y Distribución :
Reconociendo que la diversidad misma de los actores independientes e industriales operantes en los sectores de la producción y de la distribución editoriales (libro, prensa, música, audiovisual, Internet, etc.), de la producción y de la difusión de exposiciones y de espectáculos ( de todos los domininos artísticos), es una de las claves esenciales de la preservación y de la promoción de la diversidad cultural, los Estados miembros de la UNESCO estarán invitados a favorecer el desarrollo de la diversidad de " productores-editores-difusores " con las medidas siguientes :

  • ayudas a la creación de empresas en el sector, para los fundadores que aderirán a la Carta de la diversidad cultural ( principios, objetivos, y medios por definir en el marco de este debate);

  • para las empresas independientes en dificultad coyuntural o poniendo en marcha un plan de desarrollo : acceso facilitado por los poderes públicos a la distribución por las redes de crédito mutual y cooperativos, de prestamos bonificados y de prestamos participativos ;

  • campañas de sensibilisación de actores administrativos, financieros, y pedagógicos sobre la importancia de una producción y una distribución independientes diversificadas.

Propuesta n°5 – Posiciones dominantes sectoriales :
¡La UNESCO no es la OMC y no tiene vocación de serlo! Sin embargo, ciertos aspectos esenciales de la cuestión de la diversidad cultural – como la competencia y las dominaciones sectoriales – que se tratan primero en las instancias tales como la OMC son también de la competencia de la UNESCO en el plano de sus misiones. Entre esas cuestiones que no pueden ser abandonadas a la pura negociación comercial, figura el papel nefasto, incluso destructor, a menudo jugado por las posiciones dominantes ejercidas por los conglomerados industriales y financieros en el campo de la cultura y cada vez más y más : el de la educación.
Un estudio detallado de los efectos de esas posiciones dominantes sobre los sectores de los que se encarga, debería ser llevado bajo el auspicio de la UNESCO, suscitando un debate ad hoc. Las conclusiones de ese debate estarían comunicadas a los Estados miembros y a los negociadores de la OMC, para que saquen todas las consecuencias.
Entre tales consecuencias, se podría imaginar que una empresa que controla más de x% de un sub sector de las industrias culturales y educativas estarían invitadas a descender por debajo de ese límite en un lapso por definir. En caso de no satisfacción con la demanda, la empresa podría ser objeto de medidas discriminatorias nacionales y multilaterales, a definir por las autoridades políticas.

Propuesta n°6 – Carta de la diversidad cultural :
Todas las empresas privadas teniendo intereses en el sector de las " industrias culturales " situadas en los Estados miembros de la UNESCO estarián invitadas a adherir a un Carta de empresas a favor de la diversidad cultural.
Por ésta Carta, se obligariá a las empresas, en particular (lista no limitativa) :

  • A preservar y valorizar (definiciones por precisar) la integralidad de los patrimonios culturales privados y públicos de los cuales ellas serían popietarias o adquirieran directa o indirectamente (por ej. catálogos de películas, de libros, partituras musicales) ;

  • A no tratar de controlar directa o indirectamente más del y% del mercado de la producción y de la distribución de " productos culturales " en cada sub sector de los países donde tuvieren intereses – entendiendo que dispondrían de un plazo para ponerse en conformidad con ese objetivo ;

En contrapartida de la adhesión a esta Carta, las empresas signatarias podrán ser beneficiarias por parte de los Estados signatarios (en función de las convenciones fiscales en vigor) de ventajas fiscales o financieras por definir.

Propuesta n°7 – Debates nacionales multipartitas :

Consciente del hecho que la diversidad cultural no puede ser ni abandonada al simple juego de la competencia entre los intereses privados ni regulada de manera arbitraria por el poder público, la UNESCO suscitará y fomentará frente a las autoridades políticas de los países miembros, y según modalidades ad hoc, debates nacionales sobre la cuestión, debates que implican : representantes de los cuerpos legislativos y ejecutivos; actores de las administraciones nacionales; representantes de las instituciones culturales públicas y de las empresas privadas; sindicatos profesionales; docentes y asociaciones (en particular asociaciones de defensa del consumidor y de promoción de las libertades públicas).

Propuesta n°8 – Programa de acción :
Posterior al debate nacional mencionado en la Propuesta n°7, y en consecuencia de ese debate, la UNESCO podría, en concertación con las autoridades políticas de los países miembros, definir y redactar un programa de acción nacional plurianual, regido segun modalidades por definir, proponiéndose comprometer a todos los participantes del debate en vista de la realización del programa. Ese Programa de acción para la preservación y la promoción de la diversidad cultural será transmitido por las autoridades políticas a las administraciones y a las terceras partes concernientes.

Propuesta n°9 – Administraciones nacionales :
Como consecuencia de la notificación del Programa de acción mencionado en la Propuesta n°8, las administraciones nacionales de la Cultura, de la Educación, de la Formación, de la Industria y de las Finanzas serán convidados a organizar ante sus servicios, una concertación interna tendiente a definir los procedimientos de seguimiento y de acompañamiento del Programa de acción en el momento de puesta en marcha.

Propuesta n°10 – Acuerdo político :
La acción en favor de la diversidad cultural debería legitimamente trascender los divergencias políticas partidarias, aquellas de las minorías y de las mayorías coyunturales, aquellas de las ideologías y de las creencias individuales, aquellas de las alianzas circunstanciales y de integración regional. En suma, debería ser reconocida de interés público y general, más allá de las fronteras.
Fuera de esta constatación, las autoridades políticas de los países miembros se comprometerán a obrar colectivamente a favor de un consenso político nacional, transnacional y multilateral sobre el Programa de acción para la preservación y la promoción de la diversidad cultural y sobre todas las medidas de acompañamiento y de control correlativas.



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