Ref. :  000004311
Date :  2002-09-20
langue :  Espagnol
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Declaración final del Primer Congreso Iberoamericano de Filosofía Moral y Política


1. El Primer Congreso Iberoamericano de Filosofía Moral y Política se inscribe en proyecto de creación de una comunidad filosófica iberoamericana que tuvo su origen inmediato en la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía y que ha ido adquiriendo forma con el Primer Congreso Iberoamericano de Filosofía de Cáceres - Madrid (septiembre de 1998), el Congreso Iberoamericano de Filosofía de la Ciencia y de la Tecnología de Morelia, México (agosto del 2000) y que tendrá continuidad con el Segundo Congreso Iberoamericano de Filosofía (que será también el Cuarto Congreso Interamericano) de Lima en el 2004.

2. Lo que esta logrando esta comunidad cultural iberoamericana es tener voz propia en el concierto mundial del pensamiento. "La marca de originalidad que una comunidad filosófica determinada imprime en una producción filosófica", decía Luis Villoro en el congreso de Cáceres, "no consiste, desde luego, en el tratamiento de temas que le fueran exclusivos o en la formulación de problemas peculiares, sino en la importancia que concede a unos y otros siguiendo deseos colectivos; se traduce entones en un estilo, un enfoque, un modo específico de tratar problemas universales, que expresa necesidades y supuestos culturales propios". Queremos, pues, cultivar un estilo, hacer presente en la reflexión de temas y problemas que preocupan a toda la humanidad, las necesidades y los supuestos culturales de nuestras sociedades y de nuestros países.

3. Esta voz propia de la comunidad cultural iberoamericana, es una voz crítica, como corresponde a la tarea de un intelectual, y una voz abierta.

A. Voz crítica en efecto. La filosofía tiene una mirada particularmente aguda para las dimensiones universales de los problemas y, también para valores como los de libertad o igualdad que ella ha engendrado en largos y dolorosos partos. Por eso en este Congreso de Filosofía Moral y Política se siente un fuerte desasosiego cuando se reduce la universalidad a globalización económica, se trueca libertad por seguridad o se disuelve la igualdad en proclamas retóricas. Los señores del poder y del dinero secuestran las palabras para cambiar los contenidos. Desde un congreso cuyo capital es el pensar libre y responsable denunciamos ese atraco a la razón.

B. Una voz abierta, también. A lo largo y ancho de veinte secciones y otros tantos simposia ha circulado todo tipo de teorías y planteamientos. El congreso, como la comunidad filosófica que lo impulsa, es un foro abierto donde todas las posiciones son posibles. Todo puede ser dicho y ser objeto de reflexión, también la violencia que azota muchas lugares de la geografía iberoamericana y amenaza a muchos colegas nuestros, algunos aquí presentes. Al tiempo que les expresamos nuestra solidaridad, afirmamos la apuesta por la vida, en el sentido de vida buena, de existencia justa, que representa la filosofía.

C. Iberoamérica es impensable sin Europa y Europa sin Iberoamérica. Y eso no sólo porque España y Portugal son Iberoamérica sino porque los pueblos del otro lado del océano tiene historias propias profundamente vinculadas a los distintos pueblos europeos.

Por eso nos preocupa el rumbo que va tomando Europa, cada vez más ensimismada, más ajena y hostil a los pueblos latinoamericanos. Parece como si Europa renegara de su historia, olvidando lo que ha significado esa América para sus propios destinos, construyendo otra que acaba de inventarse. Alguien ha dicho que el mundo actual se ha reducido a un imperio y dos pequeñas manchas: Suiza, en Europa e Irak en Asia. Europa para ser Europa tiene que ser ibero y latinoamericana.

4. Esto que es verdad para toda Europa lo es de una manera especial para España y Portugal. Todo el mundo espera de estos dos países que hagan de puentes, que aboguen por la causa iberoamericana en Europa. Tememos que esa expectativa quede frustrada y se le dé sólo respuesta retórica. Podríamos ilustrar esta crítica con múltiples ejemplos. Sólo nos referiremos a un punto que hemos vivido en propia carne. Ha habido filósofos colombianos que no han podido venir porque no se les ha concedido el visado y otros muchos lo han conseguido tras múltiples gestiones, a veces humillantes. Que no se deje venir a alguien para reflexionar con otros sobre la relación entre ética y política, sobre la violencia en política, sobre la memoria y la justicia, sobre la tolerancia, es la negación de hecho de una comunidad cultural iberoamericana. Nos solidarizamos con la carta envida por Gabriel García Márquez y otros intelectuales colombianos al Gobierno español, protestando por la exigencia de visados a los colombianos, y pedimos a las autoridades españolas que recapaciten sobre particularmente sobre esta exigencia: "Aquí, dice la carta, hay brazos y cerebros que ustedes necesitan. Somos hijos, o si no hijos, al menos nietos o biznietos de España. Y cuando no nos une un nexo de sangre, nos une una deuda de servicio: somos los hijos o los nietos de los esclavos y los siervos injustamente sometidos por España. No se nos puede sumar a la hora de resaltar la importancia de nuestra lengua y de nuestra cultura, para luego restarnos cuando en Europa les conviene. Explíquenles a sus socios europeos que ustedes tienen con nosotros una obligación y un compromiso históricos a los que no pueden dar la espalda".

5. España tiene una deuda moral con estos países. Y para el caso de que la moral fuera "quantité négligéable" para la política, ésta debería ser sensible al problema por conveniencia. Muchos de estos países tienen sus propios lazos de conexión con Francia, Alemania, Italia, Gran Bretaña. No necesitan a España para desarrollar unas relaciones que, en muchos casos, han sido más intensas que las de la propia España con esos países. Si a eso añadimos el capital que supone el patrimonio cultural y científico de muchos países iberoamericanos, está claro que a España y a Portugal les conviene promover, ayudar y fomentar la comunidad cultural iberoamericana. Debería dar que pensar el hecho de que grandes nombres del conocimiento y de la ciencia iberoamericanos, cuando han tenido que dejar su patria, no hayan venido a España. Pensemos en Mario Bunge, Cesar Milestein, Mario Molina, Julio Jalperio y O'Donell, etc.

6. Este Congreso estima que hemos llegado a un punto en el que la comunidad filosófica iberoamericana puede pedir que se la tome en serio por parte de los distintos gobiernos de sus respectivos países. Modestamente entendemos que hacemos "labor de Estado". Gracias al esfuerzo desinteresado y generoso de la comunidad académica se ha creado una red de intercambios y confianza que nos permite plantear proyectos comunes a todas las escalas. Desde proyectos editoriales, a encuentros sectoriales; desde grandes congresos a seminarios especializados. Hemos demostrado que esta sociedad está madura para trabajar articuladamente. Lo que hace falta es que los poderes políticos entiendan que, además de inventarse inéditos y ambiciosos planes, tienen aquí un experimento logrado. Si hasta ahora, y con escasos medios, se ha conseguido tal convocatoria, pensamos que, con un poco de atención pública, podríamos ir muy lejos.

No se debe pasar por alto que aquí, en este congreso, en estos congresos, está lo mejor de cada casa, están los pensadores más cualificados y está, sobre todo, una naciente comunidad comprometida a seguir trabajando gratuita y generosamente.

7. No quisiéramos terminar sin concretar algunas demandas.

a. Pedimos, en primer lugar, que se suprima la obligación del visado para venir a España desde Iberoamérica. Tenemos una deuda histórica, como decía García Márquez; guardamos la memoria fresca de la acogida de esos países a los exiliados españoles, como aquí nos recordaban Adolfo Sánchez Vázquez y Ramón Xirau. Los españoles y portugueses no pueden prescindir de las contribución intelectual de los latinoamericanos.

b. Pedimos medidas de emergencia respecto de países como Argentina que se encuentran en momentos de grave necesidad. Todos conocemos el rico patrimonio cultural y científico que representa este país. Está en peligro y esto resulta inadmisible tanto más cuanto que a la situación actual no es ajena la especulación desaforada de grandes bancos y multinacionales españolas no lo podemos tolerar. No se trata tanto de facilitar las condiciones de su salida e inserción en la vida docente cuanto de contribuir a que puedan desarrollar dignamente su trabajo en la misma Argentina.

c. Pedimos, finalmente, que en las reuniones de Jefes de Estado o de ministros del ramo iberoamericanos, se tenga en cuenta nuestra experiencia a modo de experimento, de suerte que con su ayuda podamos desplegar todas sus virtualidades. Por supuesto que sabemos que no somos los únicos, ni los primeros, pero porque nos sentimos unidos a los unos y herederos de los otros, es por lo que nos permitimos levantar la voz pidiendo que se nos preste oídos.

8. José Saramago, en la conferencia que pronunció en el Congreso de Cáceres, terminó con estas palabras que nosotros hacemos nuestras: "Un político catalán, escribiendo sobre La balsa de piedra, sugirió que mi pensamiento íntimo no habría sido separar a la Península Ibérica de Europa, sino transformarla en un remolque que llevase a Europa hacia el sur, apartándola de las obsesiones triunfalistas del norte y tronando solidaria con los pueblos explotados del Tercer Mundo. Es bonita la idea, pero en verdad no me atrevería a pedir tanto. A mí me bastaría con que España y Portugal, sin dejar de ser Europa, descubrieran en sí, finalmente, esa vocación de Sur que llevan reprimida, tal vez como consecuencia de un remordimiento histórico que ningún juego de palabras podrá borrar, y sólo acciones positivas contribuirán a hacerlo soportable. El tiempo de los descubrimientos aún no ha terminado. Continuemos, pues, descubriendo a los otros, continuemos descubriéndonos a nosotros mismos". A Saramago le parecía, hace un par de años, excesivo interpretar su balsa de piedra como un viaje necesario de Europa al Sur. Hoy sabemos que el viaje de Europa hacia los mares del Sur y de América a Europa es una condición necesaria de nuestra supervivencia.


(Propuesta de resolución presentada por el Comité Académico de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofìa -Pedro Cerezo (España), Elías Díaz (España), Paulette Dieterlen (México), Ernesto Garzón Valdés (Argentina-Alemania), Humberto Giannini (Chile), Juliana González (México), José María González (España), Osvaldo Guariglia (Argentina), Guillermo Hoyos (Colombia), Reyes Mate (España), Javier Muguerza (España), Ana María Mustapic (Argentina), Miguel Angel Quintanilla (España)- y aprobada únanimente en la sesión de clausura del Congreso, el día 20 de septiembre).

Alcalá de Henares, 20 de septiembre del 2002


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