Trabajadoras filipinas regresan de Kuwait, en el aeropuerto de Manila, Filipinas, el 18 de febrero de 2018. NOEL NOEL CELIS / AFPCELIS / AFP
En Kuwait, a principios de año, se encontró en un congelador el cadáver de Joanna Demafelis, un migrante filipina, trabajadora doméstica, que había desaparecido hacía un año. Demafelis había sido torturada y luego asesinada por sus empleadores. Lamentablemente, no es el único caso de violencia a las trabajadoras domésticas en la región.
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No es el primer caso de violencia sobre las trabajadoras domésticas que terminan en tragedia, pero el incidente de Demafelis provocó una ruptura entre ambos países. El presidente filipino, Rodrigo Duterte, dijo que sus ciudadanos no eran esclavos de nadie, en ningún lado.
Ningún país de Medio Oriente ratificó la Convención 189 de la Organización Internacional del Trabajo que reconoce al trabajo doméstico como trabajo. En la región todo se regula de acuerdo a la kafala.
Entrevistadas:
Mariela Acuña, coordinadora de Medio Oriente para la Federación Internacional de Trabajadores del Hogar.
Ellen Sana, la directora ejecutiva del Centro de Defensa de Digrantes de Filipinas.
Rothna Begum, investigadora de Human Rights Watch.