La organización internacional Oxfam ha denunciado hoy la exclusión sistemática de las mujeres afganas de las negociaciones de paz y sobre el futuro del país. A menos que se ponga fin a esta discriminación, la paz no podrá ser duradera, el desarrollo de Afganistán se verá comprometido y los importantes avances logrados en el ámbito de los derechos humanos desde la caída del régimen talibán continuarán amenazados.
En un nuevo informe publicado hoy, A puerta cerrada, Oxfam analiza las 23 negociaciones de paz celebradas desde 2005 entre los talibanes, el Gobiernos afgano y la comunidad internacional. La organización señala que ninguna mujer ha participado en las negociaciones de paz entre la comunidad internacional y los talibanes, y que en sólo dos ocasiones las mujeres sí han participado en las negociaciones entre el Gobierno afgano y los talibanes.
Con la exclusión de las mujeres de los procesos de paz y desarrollo, los aliados occidentales de Afganistán incumplen el compromiso adquirido hace 13 años de promover el empoderamiento de las mujeres. Oxfam afirma que, a menos que se otorgue a las mujeres un papel activo en estos procesos, el legado de la guerra afgana no será otro sino la condena de las mujeres a la pobreza, lo que debilitará el futuro de Afganistán.
Aún hoy, el intercambio de mujeres es una práctica común para resolver disputas entre familias. Las mujeres son víctimas de los más elevados niveles de violencia del país, las leyes diseñadas para proteger sus derechos están amenazadas y su participación parlamentaria es cada vez menor.
Promesas rotas
El director de país de Oxfam en Afganistán, John Watt, señala: "La comunidad internacional utilizó los derechos de las mujeres para justificar su presencia en Afganistán. Se han invertido más de 100.000 millones y se han realizado importantes avances. Sería una verdadera tragedia que estos progresos se revirtieran. Ahora los donantes aceleran su salida del país. El pueblo afgano no debería de tener que preocuparse porque el mundo se olvide de las promesas realizadas a las mujeres afganas o permita que sus derechos sean objeto de negociación".
Ante la creciente posibilidad de que se celebre una nueva ronda de negociaciones con el nuevo Gobierno afgano, Oxfam ha expresado su preocupación ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo de paz duradero si se niega la participación de las mujeres en las negociaciones.
"No cabe duda de que, con la ayuda y el apoyo internacional, durante la última década muchas mujeres han logrado cambiar drásticamente sus vidas. Las mujeres ahora pueden trabajar como doctoras, agentes de policía, miembros del parlamento y profesoras, y el número de niñas escolarizadas alcanza una cifra récord. Sin embargo, muchas mujeres de zonas rurales y aisladas no han podido disfrutar de estos cambios. En algunos casos, incluso se ha producido un retroceso con respecto a la situación en la que ya estaban”, apunta Watt.
"La fragilidad de los derechos de las mujeres es evidente, tanto en las comunidades en las que trabajamos como, incluso, en altas instancias gubernamentales. Con esta nueva ronda de negociaciones de paz a la vuelta de la esquina, ha llegado el momento de que el Gobierno afgano y sus aliados occidentales defiendan de una vez por todas el papel fundamental de las mujeres en el futuro de Afganistán. No pueden fallarles ahora y decidir su futuro a puerta cerrada".
Recomendaciones clave
• El gobierno afgano debe contar con la participación de las mujeres en todos los niveles de toma de decisiones de las conversaciones de paz, tanto oficiales como oficiosas. Por ejemplo garantizando una participación significativa de las mujeres en las negociaciones políticas de alto nivel con los talibanes, lo cual debe complementarse con la ayuda continuada a las negociadoras, a fin de garantizar que pueden realizar una contribución relevante.
• Establecer un umbral mínimo del 30% para la inclusión de las mujeres en los organismos gubernamentales afganos para la paz, como el Alto Consejo para la Paz, los Consejos provinciales para la paz y cualquier organismo creado para sustituirlos.
• Los Gobiernos y los donantes deben Ofrecer una financiación cuantiosa y sostenida destinada a la puesta en marcha y aplicación del NAP. Es necesario mejorar la forma en que los donantes coordinan el apoyo internacional a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, en coordinación con el ministerio de Asuntos de la Mujer y otros Ministerios relevantes.
• La Organización de las Naciones Unidas debe garantizar que todos procesos de reconciliación y reintegración apoyados por la ONU están expresamente vinculados a la promoción de los derechos de las mujeres, garantizando la participación activa de las mujeres en el proceso de investigación de antecedentes de los ex-combatientes para su reintegración en la sociedad. Concretamente, debe adoptar medidas para fortalecer los vínculos entre la sociedad civil y las iniciativas de construcción de paz de las mujeres a nivel local y el Programa de Paz y Reintegración de Afganistán.