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Date :  2013-10-06
langue :  Espagnol
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La seguridad ciudadana como un concepto integral en las nuevas democracias


Introducción

En los movimientos revolucionarios de América latina del siglo XX se luchó por el modelo de socialismo que parecía el viable, el desarrollado por la Unión Soviética y en alguna medida y en algunos casos se tomaba como referencia a la ex Yugoeslavia, aunque censurada por la URSS. La Revolución Mexicana (previa a la Revolución Rusa), la Revolución Cubana y la Revolución Popular Sandinista en Nicaragua fueron las tres insurrecciones triunfantes. Hoy de esas luchas insurreccionales queda Cuba, con un modelo de socialismo difícilmente replicable.

Las Nuevas Democracias surgen de las diversas formas de lucha popular del Siglo pasado y de los inicios de este siglo. Es fundamental recordar esta continuidad histórica ya que las conquistas de hoy se han construido en América Latina, con miles de mártires, presos, torturados y asesinados por las dictaduras o por gobiernos civiles que defendían intereses de minorías nacionales y extranjeras. Dirigentes políticos, sindicales, campesinos y miles de luchadores sociales y populares en las calles, lograron conquistar espacios democráticos haciendo retroceder a los dictadores, a las oligarquías y a los designios imperiales. Todos los nuevos Presidentes y Presidentas pasaron por prisión y represión con la excepción de Rafael Correa Delgado, que surge eso sí de los combates callejeros y dirige la expulsión de esas funestas oligarquías. Esto es esencial recordarlo para poder desarrollar lo que a continuación sigue.

Muchos de los policías que bajo las órdenes de esos gobiernos reprimían las luchas, hoy son los mismos que con los grados superiores dirigen a las fuerzas policiales que están bajo el mando de las Nuevas Democracias. Unos muy convencidos de los nuevos modelos, otros menos y otros abiertamente en contra. Esta es la policía con la que debemos construir la seguridad ciudadana en las Nuevas Democracias.

En el Siglo XXI, (unos pocos años antes, en Venezuela) los pueblos, los campesinos e indígenas; sus organizaciones, sus movimientos y dirigentes fuertes (muy importante asumir y analizar esto último) han instalado por la vía electoral, nuevas formas de gobiernos e iniciaron respuestas diferentes. Todos, eso sí, tuvieron que empezar por una posición de defensa de la soberanía nacional contra un modelo económico imperial y contra la “oscura noche neoliberal”[1] que impuso al mercado como doctrina única y fundamentalista.

En este marco aparecen diversas formas de recuperación de los recursos naturales, de redistribución de la riqueza, de búsqueda de alternativas de desarrollo, procurando incorporar el respeto a la naturaleza. Todos estos gobiernos pusieron nuevas reglas para su relación con el FMI, el Banco Mundial y la banca internacional así como con las empresas multinacionales. Lo que hoy vemos en este campo es el resultado de las luchas de los pueblos, sus organizaciones populares, políticas y del surgimiento de líderes excepcionales como Chávez, Lula, Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa y con otras experiencias Raúl Castro y Daniel Ortega. Fidel pertenece a otra dimensión histórica.

Lo que va surgiendo podemos llamarlo socialismo del Siglo XXI, que se conforma poco a poco como una opción nueva, más democrática, más solidaria. Podemos llamarlo también (y así lo prefiero) los Gobiernos de las Nuevas Democracias, con cuatro denominadores comunes: la conquista del gobierno por la vía electoral[2]; la lucha por el multilateralismo[3] y la búsqueda de un nuevo orden mundial a través de la consolidación regional o La Patria Grande; la lucha por la soberanía, y la redistribución de la riqueza de manera más equitativa.

Los pasados 30 años de neoliberalismo, de endiosamiento del mercado, desarticularon las instituciones, desestructuraron los Estados y con ello los sectores más afectados fueron el de la salud, la educación, el poder judicial, las obras públicas y el de la seguridad, del que nos ocupamos en esta charla.

Con el argumento del ahorro fiscal la policía se quedó en sueldos de miseria y crecieron y se fortalecieron las empresas privadas de seguridad. La Fuerzas Armadas, además de las luchas contrainsurgentes o los golpes de estado, pasaron a cumplir funciones policiales que no le corresponden.

Y aquí encontramos el tema central que nos convoca en esta reflexión. Lo que encuentran los gobiernos de las nuevas democracias (salvo Nicaragua y Cuba), es una estructura para la seguridad ciudadana débil, creada y formada para estar al servicio del Estado garante de los intereses transnacionales y de las oligarquías criollas. Es decir no es solamente el Estado fragilizado por las políticas de “austeridad”, sino las estructuras de seguridad contrapuestas al camino de la renovación que proponen estos gobiernos. Esto con o, a veces contra, la voluntad de los propios policías.

En esta plática me ocuparé del enorme desafío que significa el proceso de modernización y de incorporación de las Policías y las Fuerzas Armadas, a los nuevos proyectos nacionales y regionales, garantizando la seguridad ciudadana y la defensa de los recursos naturales para el bienestar de las propias naciones.


El campo de las ideas

Un primer desfase para la construcción de una seguridad ciudadana inclusiva, solidaria y democrática es que nos movemos en un contexto ideológico mundial dominante, que reconoce como únicos valores el éxito individual, el poder del dinero. Esto se refleja cotidianamente en todos los ámbitos de las sociedades donde el poder económico domina al poder político y por lo tanto subordina a la democracia. Donde el valor individual está por encima del colectivo y los intereses ciudadanos. Donde el poder militar y las soluciones de fuerza dominan las relaciones internacionales. Donde el poder de las empresas mediáticas domina la información y en su conjunto las relaciones sociales, económicas y culturales están subordinadas a poderes fácticos por encima de los propios estados, los gobiernos y sus ciudadanos. Esto lleva a que la violencia, los tráficos, o la apropiación indiscriminada de recursos, de personas o países enteros, sean socialmente aceptadas. Esta ideología dominante es la que abre las puertas y garantiza a los tráficos y las diversas formas de delito transnacional y da el sustento conceptual para el fortalecimiento de la delincuencia común en nuestros países. Es esta concepción de la vida que trae como resultado la falta absoluta de ética y por lo tanto abre las puertas y garantiza la corrupción volviéndola “socialmente aceptable”.

Bajo el manto de la globalización se caricaturizan conceptos y valores como Patria, Soberanía, Independencia, respeto a la naturaleza. Esta ideología dominante descarta la solidaridad y la cooperación como mecanismos de superación individual o colectiva.

Es bajo esta misma ideología dominante que se han construido los Conceptos de Seguridad Nacional y Seguridad ciudadana. Es bajo esta ideología que se han formado nuestras policías y fuerzas armadas y en general toda la estructura del estado y nosotros mismos.

Con este marco el concepto tradicional de la Seguridad Nacional y el de la Seguridad Ciudadana excluye al poblador de las operaciones o en la mayoría de las veces lo convierte en un "enemigo potencial" del Estado. No comprende ni incluye al ciudadano o la ciudadana y sus derechos, al contrario lo considera un potencial enemigo. La doctrina clásica, capitalista tanto militar como policial utiliza la "inteligencia" como un elemento externo a la población, a la cual en el mejor de los casos hay que "infiltrar" o “utilizar”. Dentro de este concepto en el más grave ejemplo, se instrumentaliza a sectores de la población convirtiéndolos en paramilitares subordinados a las fuerzas armadas o policiales.


Un nuevo concepto de seguridad nacional

En América Latina, con la aparición de las Nuevas Democracias progresistas y revolucionarias se han impulsado profundas reformas sociales y económicas a partir de una concepción solidaria del uso de los recursos nacionales, tanto naturales, como económicos y recursos humanos. El capital subordinado a la persona y no viceversa como bien dice el Presidente Correa.[4]

Bajo este concepto se abre una perspectiva diferente de la Seguridad Nacional y de Seguridad Ciudadana. (Ya existían antecedentes en Cuba y Nicaragua, con regímenes diferentes a los mencionados, o en el norte de Europa y países de Asia) es indispensable comprender que ambas ramas de la seguridad son indesligables y aunque son ejecutadas por actores diferentes (Fuerzas Armadas y Fuerzas Policiales) tienen una base común fundamental que es la ciudadanía a la cual se deben.

Es en este marco de las Nuevas Democracias y de los programas sociales de implementan, que aparece la necesidad de gestar una doctrina totalmente diferente para la Seguridad Nacional y la Seguridad Ciudadana, aunque su aplicación es aún limitada y va en un ritmo más lento que las otras reformas implementadas. La Seguridad Nacional es una construcción social e ideológica dirigida por estas Nuevas Democracias que obligatoriamente debe reorientar a las Fuerzas Armadas y Policiales para la defensa de la nación como el conjunto de pobladores, territorio y recursos y no como el exclusivo club de las oligarquías nacionales y foráneas.

La Idea de Soberanía es apropiada por la población nacional. El concepto de Patria incluye la apropiación del país, de su historia, de sus bienes, de sus recursos, por parte de todas las ciudadanas y ciudadanos. En la medida que solamente las clases dominantes tenían propiedad de los recursos nacionales, los ciudadanos se sentían excluidos de la Patria como tal y ésta era solamente un símbolo, una idea o surgía en momentos de confrontación con otros países o anualmente en los partidos de fútbol o voleybol de sus selecciones.

Hoy día el entendimiento cada vez mayor de que la apropiación de recursos naturales por parte de unos pocos sean nacionales o extranjeros, atenta contra la Patria y por lo tanto también contra los intereses individuales, en tanto que el ciudadano, abre las nuevas perspectivas de una comprensión de que la Seguridad Nacional y la Seguridad Ciudadana son parte de la tarea individual y colectiva de los ciudadanos que pasan a defender sus intereses individuales, colectivos y nacionales como un conjunto. La Patria pasa de ser una abstracción o un límite territorial, para convertirse en hospitales, escuelas, naturaleza, agua, bosque, carretera. Es decir es un sujeto que cuido y me cuida y no una idealización de libros o de nacionalismos.

Es en este contexto que la unidad entre FFAA y ciudadanía o FFPP y ciudadanía se vuelve un imperativo de acción ante el crimen organizado, ante la delincuencia común o ante la voracidad imperial sobre los recursos naturales.

El siguiente paso será la comprensión de la Patria Grande como una extensión de la propia Patria, generando, por ejemplo la doctrina de Seguridad de UNASUR.


Concepto Integral de la Seguridad Ciudadana. Las Nuevas Ideas. La Organización Popular. El trabajo con organizaciones de mujeres.

“A diferencia de los conceptos tradicionales de seguridad cuya razón de ser era el Estado, este nuevo concepto sitúa al ser humano como eje transversal, incorporando a la ciudadanía como actor protagónico de los procesos de seguridad individual y colectiva”[i]

“La seguridad es un derecho fundamental de los ecuatorianos y el estado es responsable de su pleno ejercicio. La seguridad no es un fin en sí mismo, sino un medio para conseguir un fin: el Sumac Kawsay”[5]

Con los nuevos modelos descritos, se da un proceso inverso al de la concepción tradicional y entonces la solución pasa por la ciudadanía organizada, “como eje transversal”con un rol destacado de coordinación y dirección que corresponde a los Ministerios de Interior y Defensa y a las FFAA y FFPP, respectivamente. Sin lo primero se reduce notablemente la eficacia en la actuación de los segundos.

Para ilustrar este tema quiero compartir las siguientes cifras:

En Centroamérica las cifras de asesinatos por cada 100,000 personas se dan de la siguiente manera:

Honduras 85
El Salvador 41
Guatemala 34
Panamá 18
Nicaragua 11
Costa Rica 9[6]

Los países que mantienen un esquema clásico, represivo de seguridad pública como los tres primeros son los en los que más homicidios se cometen por cada 100,000 habitantes.

Nicaragua, que se encuentra en el corazón de Centro América y tiene frontera con Honduras y El Salvador, funciona como colchón entre los tres primeros y Costa Rica y Panamá y ha logrado evitar el ingreso de las Maras, no tiene secuestros ni sicariato.

Esto no es un milagro. Es en gran parte el resultado de una concepción diferente de la seguridad Ciudadana. Inclusiva, participativa y fuerte en la construcción de la Nueva Democracia nicaragüense. A esto hay que añadir una policía fuertemente comprometida con la población, surgida de la Revolución Popular Sandinista y creada como dijo su fundador el Comandante Tomás Borge, como “los centinelas de la alegría del pueblo”.

La información y la inteligencia, es decir la acción preventiva, o la propia intervención operativa se potencializan de manera geométrica con la población organizada. En este aspecto el gran desafío es que la población se apropie de la idea solidaria de la cultura de paz que previene antes que combatir y que contribuye al combate a la delincuencia, a través de la organización ciudadana, popular, barrial, comunitaria, de mujeres y jóvenes en el campo y la ciudad.

En este marco las organizaciones de mujeres, ciudadanas por el cambio juegan un rol determinante en la lucha contra la violencia intrafamiliar y el machismo así como en la lucha por la equidad de género, pero por encima de todo, la lucha por la igualdad desarrolla formas de organización, que incorporadas al tema de seguridad ciudadana abren espacios de ocupación pacífica de los territorios, defensa de la niñez y adolescencia y canales de información e inteligencia insospechados y altamente rentables para la sociedad en su conjunto.

Aquí, reto mayor es la organización a nivel urbano, barrial que es donde se concentran las estadísticas de inseguridad y donde las relaciones sociales son mucho más complejas.

En el caso rural las experiencias existentes por ejemplo, entre la población andina son ejemplares y tradicionalmente tienen formas de organización comunitaria que han favorecido el combate al abigeato o la protección de las propias comunidades contra ladrones comunes.


Incluir a personas migrantes y refugiadas en las tareas de seguridad.

En el campo de la organización ciudadana, no hay que olvidar a los migrantes y refugiados, principalmente a las mujeres, doble y triplemente víctimas por esta condición. En nuestra América son un segmento importante en las ciudades principalmente en Brasil, Argentina, con importantes migraciones de bolivianos y peruanos y de países de África. O el caso de Ecuador por ejemplo, que es el país con el número más alto de refugiados colombianos reconocidos y que es a su vez un país de recepción de migrantes. Los refugiados y las refugiadas, son un sector social fruto de la migración forzada principalmente de Colombia, sumamente importante para fortalecer la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado ya que en la enorme mayoría de ellos hay un gran sentimiento de gratitud hacia el país de asilo y a la vez son una población vulnerable y susceptible de ser chantajeada o seducida por los diversos niveles de organización criminal. (Trata, menudeo, chulquerismo, otros). La población refugiada tiene la experiencia de haber sobrevivido a las peores formas de persecución y por lo tanto tiene capacidad y experiencia en el campo de la seguridad ciudadana. En este aspecto, en lugar de la persecución y la exclusión, lo que tendrá mucho más efecto es la organización e incorporación a las tareas nacionales.


El trabajo con la juventud

El otro y más grande segmento es el trabajo con los jóvenes. Es urgente y fundamental tanto por el número ya que estadísticamente estos son países jóvenes; por la fragilidad de su educación y formación; por su sensibilidad y porque de ella se nutre el crimen organizado y la delincuencia común. Pero, y sobre todo, porque son el elemento de vanguardia de la nueva sociedad que dirigirá entre otras tareas, la opción de seguridad ciudadana integral.

Para la construcción de las nuevas democracias y en el campo de la seguridad ciudadana hay que enfrentar la educación como un conjunto donde la formación regular en la escuela y fuera de ella debe difundirse la ideología de la solidaridad y el concepto del Buen Vivir como algo alternativo y mejor que el consumismo. Desarrollar el deporte, la música, las actividades de integración de género y el combate al machismo, a la violencia y la cultura de paz. Es fundamental, la inserción productiva donde juega un rol importantísimo la economía popular y solidaria, el acceso al crédito y la formación técnica o profesional. En todos estos países de los que hablamos existen estos instrumentos. En la mayoría de ellos tratados de manera dispersa y no con una visión integral.

Es fundamental entender que son generaciones nuevas, con sus propias opciones y que crean respuestas diferentes, alternativas y muchas veces mejores que las establecidas por esta sociedad del despilfarro, tal como la llama Fidel.

En resumen se trata de trabajar la organización popular desde las propias instancias del Estado en sus distintos niveles, fortaleciendo o creando las organizaciones populares, barriales, comunitarias en la defensa de sus intereses, incorporando a los jóvenes, a las pandillas juveniles en elementos de creación barrial y de difusión cultural e incorporando las opciones de acceso al trabajo o al crédito como un elemento clave para esta transformación.


El binomio Policía Ciudadanía, el gran desafío

Como hemos visto en párrafos anteriores, la policía que hoy trabaja con los gobiernos de las Nuevas Democracias es la misma que 7, 10, 15 años atrás perseguía es esos dirigentes. Lula, Dilma, los Kirschner, Mujica, Evo, Chávez, Ortega, o Correa, pasaron por prisión o por luchas callejeras o incluso la lucha armada. Estos Presidentes y Presidentas trabajan con la misma policía que los persiguió.

Cuáles son los instrumentos que sirven para ganar a este cuerpo policial para las Nuevas Democracias, cambiar su estilo y fortalecer el espíritu de cuerpo, ya no como Institución sino como parte activa e integral de la defensa de la ciudadanía. Porque con esa ideología dominante antes descrita, con el imperio de la deconstrucción de los estados, el crimen organizado y la delincuencia aumentaron geométricamente en los últimos 20 años.

La percepción de inseguridad y la propia inseguridad es también un instrumento político en contra de los gobiernos progresistas. Esto debe ser tomado permanentemente en cuenta y las agencias enemigas de la democracia bien saben utilizar todos los instrumentos de corrupción y del crimen organizado para desestabilizar a los países, en particular a los nuevos gobiernos. No olvidemos, por ejemplo, el papel de la CIA en la compra y distribución de cocaína para armar a la contrarrevolución en Nicaragua, en el sonado y ya medio olvidado “caso Irán-Contras”.[7]

El gran desafío es cómo vamos transformando a estos cuerpos policiales, para ponerlos acorde a las nuevas políticas de defensa de la soberanía, los recursos y las gentes. En primer lugar hay un aspecto operativo, material: el aumento de los niveles de salario, armamento y capacidad técnico científica, a ello hay que añadir la incorporación de personal femenino buscando un equilibrio de género. Todo ello es factible y se está realizando en varios países, entre ellos Ecuador.

Simultáneamente la depuración de los policías y funcionarios ligados a los cuerpos de inteligencia de los enemigos de estas nuevas democracias, de los desestabilizadores.

Luego lucha contra la corrupción en todos los niveles, desde el policía que recibe alimentos en un expendio para “protegerlo mejor” hasta los niveles más altos de corrupción, con todos los medios de control y capacidades tecnológicas de supervisión así como el control rígido de los signos exteriores de riqueza, donde la población organizada para la seguridad puede jugar un papel de veedor sumamente importante.

Construir una formación superior profesional, técnica, científica y política acorde con la soberanía, la defensa de los recursos naturales, la redistribución de la riqueza. Es decir lo que se está llamando y no solamente ya en el Ecuador, la nueva ideología del Buen Vivir, como parte de su trabajo cotidiano. La Patria y la integridad territorial con los nuevos conceptos de solidaridad, debe en resumen, prevalecer el interés nacional, por lo tanto el de la ciudadanía, por encima de lo corporativo.

Con esta formación viene el paso siguiente y el más importante, la relación dialéctica con la población donde ambos actores aprenden. La planificación de la seguridad desde la base, con el barrio, con las organizaciones, con la ciudadanía organizada. Se construye la inteligencia de previsión y prevención. Juntos ocupan pacíficamente los espacios públicos y la defensa de la propia población. La policía, depurada de elementos corruptos, debe ser uno de los instrumentos claves de la organización ciudadana aceptando el papel que desempeñan las organizaciones populares, orientándolas e incorporando a su actividad los conceptos de seguridad y de prevención del delito.

La policía y la población organizada serán quienes prevengan la construcción de organismos paramilitares, tendencia en la que es muy fácil caer cuando se pretende participar sin formación, en las tareas de vigilancia.

Las unidades policiales en el territorio deben convertirse en el centro de la formación de la población para la seguridad ciudadana, los organismos del estado competentes deben ser quienes den la formación política sobre la nueva relación con la Constitución y los planes de distribución equitativa de la riqueza.. Estos núcleos territoriales se convierten también en el punto de encuentro de los diversos Ministerios que deben trabajar en este concepto de seguridad integral como un instrumento de mejorar la calidad de vida y lograr ocupar los espacios de manera armónica y solidaria.

Finalmente es fundamental el cambio radical en el concepto de la reducación o readaptación en las Prisiones que hoy por hoy siguen siendo las “universidades del delito”. Al tratar la Seguridad Ciudadana como un concepto integral no debe dejarse de lado este elemento que requiere de un capítulo aparte.


La UNASUR como un espacio de articulación regional de la seguridad ciudadana

La construcción de la patria Grande no es solamente un sueño libertario, hoy es fundamental para la supervivencia de nuestros pueblos. Para la lucha contra la imposición hegemónica del Imperio y de la Banca, como los entes que ponen en peligro la vida misma de nuestras poblaciones. La construcción de sociedades solidarias y la redistribución de la riqueza, pasa por el multilateralismo y éste pasa por la construcción de poderes regionales con sus capacidades de negociar y optar por modelos solidarios

En este marco el combate al crimen organizado es fundamental, ya que allí se encuentran los poderes corruptores, extraordinariamente eficientes y fuertes. La lucha contra los tráficos (armas, drogas, personas, órganos) no ha sido exitosa y en la medida que sigan existiendo los paraísos fiscales que ocultan los frutos del crimen y a su vez financian a la Banca Internacional, seguirá siendo una lucha contra los pueblos más que contra los criminales.

En ese marco UNASUR, con las nuevas propuestas del Socialismo del Siglo XXI o de las Nuevas Democracias, puede y debe encontrar caminos comunes para este combate. La vinculación de las policías con las ciudadanías es un camino. Si se hace con decisión política en cada estado, estamos seguros que ello llevará a un cambio cualitativo en la seguridad ciudadana, a ello hay que agregar otros instrumentos concretos que son realistas y que pueden contribuir a estructurar una Patria Grande con niveles de seguridad ciudadana que algunos años atrás parecían imposibles. En este campo me permito tomar las propuestas hechas por el Doctor Miguel Ángel Barrios, estudioso del tema y con varios textos publicados sobre la integración.

De las ideas que él expone en su artículo “UNASUR y la Seguridad ciudadana” publicado en ALAI el 27 de agosto pasado, y sin pretender que aquí se agote el amplio espectro de las tareas que tenemos por delante, tomo las siguientes propuestas textualmente.

- "Pleno ejercicio de las autoridades políticas en la construcción de capacidades de conducción y control del poder político.

- Necesidad de medios humanos y materiales para el ejercicio de la conducción y del control del poder político.

- Creación de una Escuela Suramericana de Seguridad Ciudadana destinada a la formación de expertos civiles, funcionarios.

- Sanción de una Ley standar a nivel regional para la limitación y portación de armas de particulares.

- No empleo de personal policial en tareas administrativas.

- Abordaje interagencial de la problemática de la violencia familiar, de niños y niñas y adolescentes en riesgo.

- Crear una agencia suramericana de control de armas. Actualmente hay una relación de cuatro a uno, un arma legal tiene permiso y cuatro no la tienen.

- Los expertos civiles deben ejercer desde el Estado el rol de supervisores de la seguridad privada. Por cada policía hay tres agentes privados y dentro de la seguridad privada existe una formal y otra informal, que no tiene control.

- Crear un Código penal suramericano a partir de UNASUR”
[8]

A esto quiero agregar sintetizando la conferencia:

1. Sólida formación en derechos humanos, derechos de la naturaleza, género, historia de las naciones e historia de América Latina;

2. Formación política sobre las consecuencias del neoliberalismo, el poder de la Banca y el concepto de Imperio y sobre la creación de nuestras alternativas nacionales y regionales.

3. Participación ciudadana organizada y vinculada estrechamente con la policía. Planificación de la seguridad ciudadana y ocupación de los espacios públicos desde el nivel local.

4. Preparación y formación con la población sobre la cultura de paz como manejo de conflictos. Preparación para la mediación.

Con estos instrumentos las sociedades darán un salto cualitativo en la seguridad ciudadana y por lo tanto en la calidad de vida.

Por todo lo anterior hay dos conceptos con los que quiero cerrar la presenta conferencia,


La seguridad ciudadana es un elemento de la consolidación democrática del Estado.

y para el caso del Ecuador,

La Constitución de la República y el Buen Vivir son los elementos de cohesión del tejido social, la convivencia pacífica y la creación de una cultura de paz.

Muchas Gracias

Conferencia para el IAEN, Setiembre de 2013.
Quito, 6 de setiembre 2013



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Notas:

[1] Ver discursos de Rafael Correa Delgado, Presidente de la República del Ecuador
[2]Salvador Allende en 1970, llega por la vía electoral con una propuesta socialista y su gobierno es destruido por la vía armada, por militares traidores a su Constitución. Este ejemplo y resultado entre otras cosas fortaleció en los movimientos revolucionarios de la época, que la lucha armada era la única opción. Arbenz en Guatemala o Juan Domingo Bosch, en República Dominicana, son otros predecesores de la vía electoral para el cambio. Estos tres ejemplos, son los precursores de estas nuevas democracias. Los tres aplastados de manera brutal por los gobiernos estadounidenses de turno y las oligarquías, con militares y policías subordinados a esas oligarquías. Todo ello es el marco histórico con el que nos desenvolvemos. Valgan estas líneas para rendir homenaje a Salvador Allende y a los miles de chilenas y chilenos masacrados por defender su democracia ganada con el voto.
[3] La lucha por romper la hegemonía y ganar el multilateralismo tiene antecedentes en el Movimiento de Países no Alineados que surge en los años 50, 60 y 70 inspirado en ideas políticas del Mahatma Ghandi con grandes líderes como, Nehru, Sukarno, Tito, Nasser, Fidel Castro, Kwame Nkruma, Ho Chih Mihn, Robert Mugawe entre otros. En América del Sur con el Gobierno del General Juan Velasco Alvarado en el Perú, se inicia una corriente de militares que desarrolla ideas nacionalistas y antimperialistas, inscribiendo su política internacional en la lucha por el multilateralismo. Estas corrientes fueron también aplastadas y traicionadas por militares subordinados a las oligarquías locales y a los EEUU. En 1976 en Lima se reúne el Movimiento de Países no Alineados y al final del evento del general Francisco Morales Bermúdez (el felón) da un golpe de estado contra el general Velasco y revierte las medidas democratizadoras del país que retorna entre otras cosas al alineamiento con los intereses de los EEUU, del que aún fatídicamente, no logra salir.
[4] Rafael Correa Delgado, Presidente de la República del Ecuador
[5]PLAN NACIONAL DE SEGURIDAD INTEGRAL, pp 14-15. Ministerio Coordinador de la Seguridad Interna y Externa. Quito 2011.
[6] Fuente: Comisión de jefes de Policía de México, Centroamérica, El Caribe y Colombia.
[7]Durante el gobierno de Ronald Reagan los EEUU, violando leyes de su propio Congreso, financiaron armas para Irán en su guerra contra Irak y armas para la contrarrevolución contra el gobierno Sandinista. Este financiamiento se obtuvo de varias fuentes, entre ellas de los cárteles de la droga dirigidos por Pablo Escobar. Fuente Wikipedia, Informe de investigación del inspector general de la CIA, Frederick Hitz, sobre el caso “Irán-Contras”, volumen I, págs. 187 a 288. HCC. El encargado por el gobierno de organizar esta barbaridad fue el Coronel Oliver North. Hoy dirige programas en una radio evangélica, ultranacionalista y fascista.
[8] Barrios Miguel Ángel: “UNASUR y la Seguridad ciudadana” publicado en ALAI el 27 de agosto pasado.



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http://alainet.org/active/67916&lang=es


Pays : 
- Cuba   

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