Además, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la reportera mexicana Lydia Cacho Ribeiro recibió el sábado en Maputo el Premio Mundial de Libertad de Prensa de la UNESCO 2008 de manos del Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura, en una ceremonia en presencia del Presidente de la República de Mozambique, Armando Guebuza.
La Declaración de Maputo, titulada “Fortalecer la libertad de expresión, el acceso a la información y la autonomía de las personas”, tiene el objetivo de alentar a los Estados Miembros de la UNESCO a poner en marcha políticas favorables al derecho humano fundamental a la libertad de expresión que faciliten el acceso a la información. La declaración pone de relieve la importancia del buen gobierno, la transparencia, la rendición de cuentas y el acceso del público a la información. La declaración reconoce también la contribución de los medios informativos de servicio público, los comerciales y los comunitarios para que todos los miembros de la sociedad, incluidas las poblaciones marginadas, puedan hacerse oír y participar en los procesos de toma de decisión. También pide a la prensa que contribuya a facilitar el acceso a la información y la participación de minorías marginalizadas y lingüísticas.
Además, recordando que este año se conmemora el sexagésimo aniversario de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los participantes piden a la UNESCO que continúe su trabajo de promoción de la libertad de expresión, consagrada en el artículo 19 de la citada Declaración, y que facilite el desarrollo de principios generales y prácticas idóneas relativas al acceso a la información.
El Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura, reiteró su compromiso en favor de la libertad de expresión como derecho humano fundamental, algo más importante que nunca en este sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
“Es una agradable coincidencia que la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa tenga lugar este año en Mozambique, un país comprometido en la defensa de la libertad de Prensa”, dijo Matsuura, que alabó después la cooperación de Mozambique con el desarrollo de Centros Multimedia Comunitarios (CMC), una iniciativa tomada durante la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información. Destacó también que el número de emisoras de radio comunitarias que se han convertido en Centros Multimedia Comunitarios “contribuyen a reducir la brecha digital, dotando a las comunidades de acceso a la radio, el Internet y las tecnologías asociadas”.
“La información es la savia vital de todos los sistemas políticos”, agregó el Director General, reiterando su convicción de que la existencia de una ciudadanía bien informada es esencial para el desarrollo de un buen gobierno, para combatir la corrupción y para luchar contra la pobreza. Al escoger como tema la autonomía de las personas y el acceso a la información, dijo Matsuura, “rendimos homenaje a los hombres y mujeres que murieron persiguiendo y tratando de dar a conocer la verdad”.
“La incómoda verdad es que la mayoría de ellos murieron en sus casas, en sus automóviles o en la calle”, dijo. “Pero no fueron víctimas de una guerra, fueron asesinados porque querían contar la verdad•, añadió Matsuura, recordando que este años al menos 17 periodistas han sido asesinados en México, país natal de la ganadora del Premio de Libertad de Prensa de la UNESCO, Lydia Cacho Ribeiro.
La propia Lydia Cacho ha sido objeto de repetidas amenazas de muerte y de acoso policial. Al hacerle entraga del galardón, Matsuura citó un proverbio afgano que dice así: “podrán cortar una flor, pero no pararán la primavera”.
Lydia Cacho tomó también la palabra y declaró: “puede que el premio no me proteja de amenazas de muerte o incluso de morir, pero me ayudará en mi trabajo de escritura y hará que la gente comprenda las repercusiones del crimen y de la pornografía infantil. Cuando fui torturada y apresada me acuciaron muchas preguntas sobre el significado de la vida: ¿debía sgeuir ejerciendo el periodismo en un país controlado por sólo 300 hombres ricos?, ¿merecía la pena trabajar en un país en el que la mayoría de los crímenes no se investigan? La respuesta, por supuesto, fue afirmativa”.
Cacho Ribeiro se definió como “una militante feminista contra la violencia”, y habló de su vocación afirmando que los periodistas nunca deben convertirse en “mensajeros de los poderosos”. Como conclusión, aseguró que “algo va mal en un mundo que prefiere el crecimiento económico a la educación, en el que el racismo y el sexismo nos separan a unos de otros”.
Nacida en 1963, Cacho colabora en el diario La Voz del Caribe. A través del periodismo de investigación, puso al descubierto la implicación de empresarios, políticos y narcotraficantes en la prostitución y la pornografía infantil. En 2006, recibió el Premio Francisco Ojeda al valor periodístico y en 2007 el Premio Ginetta Sagan de Amnistía Internacional por su trabajo en defensa de los derechos de las mujeres y los menores.
Por su parte, el Presidente de Mozambique, Armando Guebuza, dijo que su país “suscribe el mensaje del Director General de la UNESCO en el sentido de que una ciudadanía bien informada es muy útil para el desarrollo de un país”. “Creemos en la democracia participativa y en su utilidad en la lucha contra la pobreza”, añadió.
El Presidente dijo que “el aumento del número de medios informativos existentes en Mozambique, que en la actualidad rondan los 300, así como su diversidad, es algo que alentamos y de lo que nos congratulamos. El papel de los medios en la diversificación de la información es también necesario para el país y para las comunidades”.
El Presidente Guebuza recalcó también el apoyo legal y constitucional que su país presta a la libertad de expresión y agradeció a la UNESCO su trabajo de promoción internacional de la libertad de prensa.
En el curso de la ceremonia, el ministro de Educación de Mozambique, Aires Bonifacio Ali, tomó también la palabra y celebró la elección de Mozambique como sede de la celebración de este año, lo que para él supone un reconocimiento a los esfuerzos del país en pro de la libertad de prensa.
Creado en 1997 por el Consejo Ejecutivo de la UNESCO, el Premio Guillermo Cano se falla todos los años y recomensa el trabajo de un individuo o de una organización en la defensa o la promoción de la libertad de expresión en cualquier lugar del mundo, en particular si esta acción pone en peligro la vida de ese individuo. Las candidaturas al mismo provienen de los Estados Miembros de la UNESCO y de organizaciones regionales o internacionales de defensa y promoción de la libertad de expresión.
El Premio recibe el nombre del editor colombiano Guillermo Cano, asesinado en 1987 por haber denunciado las actividades de poderosos narcotraficantes en su país.
Desde su creación, el Premio, dotado con 25.000 dólares y financiado por las Fundaciones Cano y Ottaway, ha recaído en las siguientes personas: Anna Politkovskaya (Federación de Rusia, 2007), May Chidiac (Líbano 2006), , 2005), Raúl Rivero (Cuba, 2004), Amira Hass (Israel, 2003), Geoffrey Nyarota (Zimbabwe, 2002), U Win Tin (Myanmar, 2001), Nizar Nayyuf (República Árabe Siria, 2000), Jesús Blancornelas (México, 1999), Christina Anyanwu (Nigeria, 1998), Gao Yu (China, 1997).
Contacto: Roni Amelan, Oficina de Información Pública, Tel +64 273 414, r.amelan@unesco.org