Dos años después, la mayor ampliación de la Unión Europea es un éxito económico: las economías de los diez nuevos Estados miembros crecen rápidamente, lo que les permite acortar progresivamente la distancia que les separa de sus vecinos más ricos. Pero éstos también salen ganando, ya que la incorporación de 75 millones de habitantes al mercado único de la UE, que ahora cuenta con un total de 450 millones, supone un caudal de oportunidades comerciales y de inversión. Y lo que es más importante, la ampliación ha impulsado la modernización en toda la UE: un impulso oportuno, habida cuenta de la súbita aparición en la escena mundial de China y la India.
Olli Rehn, Comisario responsable de la ampliación, añadió, «La ampliación al Este vino precedida de los pronósticos más catastrofistas, ninguno de los cuales se ha materializado. La prueba irrefutable de los beneficios económicos para todos los Estados miembros de la UE debería eliminar los recelos que pudieran persistir. Debemos dar a la reunificación de Europa el reconocimiento que merece. Ha supuesto una total transformación económica y política que ha mejorado la seguridad y el bienestar de los ciudadanos de la UE.»
La Comisión ha adoptado hoy una Comunicación con motivo del segundo aniversario de la ampliación de la Unión Europea a diez nuevos países[1]. La Comunicación «La ampliación, dos años después - Un éxito económico» aborda los aspectos económicos. Va acompañada de una evaluación general y más detallada de la Oficina de Consejeros Políticos Europeos y de la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros.
La integración en la Unión Europea ha reforzado el crecimiento económico de los diez nuevos Estados miembros (UE-10), circunstancia especialmente positiva habida cuenta del fuerte incremento de los niveles de desempleo debido al ajuste estructural masivo a la economía de mercado.
Con un crecimiento económico medio anual del 3,75 % entre 1997 y 2005, han obtenido mejores resultados que los antiguos Estados miembros (UE-15) (un 2,5 % por término medio en el mismo período), pero su tasa de desempleo, situada en el 13,4%, sigue siendo 5,5 puntos porcentuales superior a la de la UE-15.
La adopción del conjunto de la legislación y normas de la UE (el denominado acervo), contribuyó a reformar las antiguas economías centralizadas, trajo consigo estabilidad macroeconómica y unos mercados financieros estables y proporcionó grandes oportunidades a las empresas, ya que la UE-10 cuenta con economías muy abiertas. Sus intercambios (exportaciones más importaciones) representan el 93 % de su PIB por término medio, frente a una media del 55 % en la UE-15.
La parte de la UE-15 en el total de los intercambios de la UE-10 pasó del 56 % aproximadamente en 1993 al 62 % en 2005. La UE-10 ha registrado déficit comerciales importantes, lo que es característico de economías pujantes, pero van disminuyendo (alrededor del 3 % del PIB en 2005).
La UE-10 también atrajo un gran volumen de inversión directa extranjera (IED), alcanzando un total de 191 000 millones de euros en 2004, un 40 % del total de su PIB, mientras que era virtualmente inexistente unos diez años antes. Pese a resultar impresionante desde la perspectiva de la UE-10, esta cantidad representa únicamente un 4 % del total de existencias de inversión de la UE-25 en ese mismo año y no puede asociarse a una deslocalización importante.
Motor de reformas
Inmersos ellos mismos en un proceso de adaptación, los países de la UE-10 han impulsado cambios estructurales en la UE justo en el momento en que China y la India han surgido como grandes competidores, es decir, cuando más se necesitaba. Aplicar el programa de reformas de Lisboa para aumentar el crecimiento potencial de la UE apoyará este proceso, iniciado en 2004, dirigido a mejorar la competitividad y la creación de empleo.
Mientras tanto, ninguna de las catástrofes anunciadas se ha materializado. La ampliación no ha generado problemas económicos para la UE ni provocado flujos masivos de inmigración desde los países de la adhesión hacia los mercados de los antiguos miembros. En cambio, ha permitido un rápido desarrollo económico de la UE-10 con un coste para el presupuesto de la UE de 28 000 millones de euros en los últimos 15 años. Las cantidades anuales transferidas aumentaron hasta alcanzar un 2,1 % del PIB de la UE-10 en 2005, lo que sólo representa un 0,1 % del PIB anual de los antiguos Estados miembros.
Documento completo disponible en:
... /economy_finance/publications/occasionalpapers_en.htm
Véase también MEMO/06/176 sobre «Medidas transitorias para la libre circulación de trabajadores»
[1] Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia y República Checa.
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