La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, expresó hoy su preocupación por dos prácticas con que se estarían aplicando en la denominada guerra contra el terrorismo.
Arbour afirmó que una de ellas es la búsqueda de inmunidades diplomáticas para detener y transportar personas a lugares donde pueden estar bajo riesgo de ser torturados.
“El uso de lugares secretos de detención de prisioneros es para Naciones Unidas una forma de tortura, equivale a una desaparición y es una violación a la Convención contra la Tortura”, aseguró la experta al referirse a la segunda práctica.
Ambas prácticas afligen a la comunidad internacional, dijo Arbour.
La Alta Comisionada ofreció una conferencia de prensa en la sede de la ONU en Nueva York en anticipación al Día Internacional de los Derechos Humanos, que se celebrará el próximo sábado.
Indicó que la prohibición de la tortura se diluye en el mundo bajo la bandera del combate al terrorismo.
“Lograr la seguridad a toda costa puede crear un mundo más inseguro y menos libre. Este es el caso si las opciones son entre los terroristas y la tortura”, apuntó la experta.
Luego de reconocer que los gobiernos tienen el deber de proteger a sus ciudadanos, subrayó la necesidad de respetar la prohibición de la tortura y el trato inhumano o degradante a las personas.