Según un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es esencial robustecer y fortalecer los sistemas de salud para avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Si no se invierte urgentemente en los sistemas de salud, el ritmo actual de progreso no será suficiente para alcanzar esos objetivos.
El informe, La salud y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, presenta datos sobre los progresos realizados hacia el logro de los objetivos y las metas relacionadas con la salud. Analiza qué hay detrás de las cifras para explicar las razones de la lentitud de las mejoras sanitarias y propone medidas para cambiar la situación. El informe señala que la existencia de sistemas sanitarios débiles e injustos constituye uno de los principales escollos, y hace especial referencia a la crisis de personal sanitario y a la urgente necesidad de fuentes sostenibles de financiación sanitaria.
Si no se avanza con mayor celeridad en el desarrollo de los sistemas de salud, una gran parte de la población seguirá muriendo principalmente a causa de enfermedades prevenibles. Entre las muertes evitables que se producen cada año en los países en desarrollo figuran casi 11 millones de niños menores de cinco años, cerca de un millón de personas que muere a consecuencia del paludismo y más de medio millón de mujeres que fallecen durante el embarazo o el parto. La pandemia del VIH/SIDA se cobra la vida de tres millones de personas cada año.
“El robustecimiento de los sistemas de salud exige mejoras en todos los ámbitos de la administración pública: la gestión de las finanzas públicas, la planificación de los recursos humanos, la construcción de carreteras e infraestructuras, y otras muchas áreas”, afirma el Director General de la OMS, Dr. LEE Jong-wook. “Para lograr nuestro objetivo, no debemos limitarnos únicamente al sector sanitario, sino que hemos de adoptar un enfoque integrado. Ésta es la clave para obtener resultados”.
Pese a los logros a la hora de reducir la pobreza en el mundo, los datos presentados en el nuevo informe de la OMS indican que, de mantenerse la tendencia iniciada en el decenio de 1990, la mayoría de los países en desarrollo no alcanzarán los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud, lo que a su vez perjudicará el avance hacia la consecución de otros objetivos. Cuando faltan menos de 10 años para que se cumpla el plazo que termina en 2015, ninguna de las regiones más pobres del mundo en desarrollo está en condiciones de alcanzar la meta relacionada con la mortalidad infantil. La reducción de la mortalidad materna se limita a los países donde las tasas de mortalidad eran ya más bajas. Los objetivos relacionados con la reducción de la propagación del VIH/SIDA y de la incidencia del paludismo y otras enfermedades transmisibles continúan siendo un enorme reto en el África subsahariana. La meta relativa al acceso a agua potable podría alcanzarse en todo el mundo salvo en el África subsahariana.
“El acceso universal a servicios de salud de base amplia podría salvar la vida de varios millones de niños cada año” dice el Dr. LEE. “Ello invertiría las actuales tendencias negativas, y permitiría alcanzar entre el 60% y el 70% de los objetivos relacionados con la mortalidad infantil y entre el 70% y el 80% de los relacionados con la mortalidad materna.
“Disponemos de tratamientos; la tecnología es conocida y su costo asequible”, señala el Dr. LEE. “El problema de muchos países es poder suministrar a tiempo y en cantidades suficientes el personal, los medicamentos, las vacunas y la información a quienes lo necesitan. En muchísimos países, los sistemas sanitarios encargados de esa labor o no existen o están a punto de desmoronarse”. “La OMS sostiene que la solución pasa por una financiación sostenible de los sistemas de salud. Se necesita un mínimo de US$ 30 a 40 anuales por habitante para financiar un conjunto de medidas sanitarias básicas, pero hay muchos países pobres que invierten una cantidad muy inferior, con un promedio de US$ 10 por habitante, llegando en algunos casos a cifras que no superan los US$ 2 por habitante”. Los ODM relacionados con la salud no podrán alcanzarse, si los países en desarrollo y los países donantes no aumentan considerablemente sus inversiones y su compromiso. Desde el Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas se ha señalado recientemente que para alcanzar la totalidad de los ODM sería necesario invertir unos US$ 135 000 millones en asistencia oficial al desarrollo, cifra que ascendería a US$ 195 000 millones de aquí a 2015.
“Es esencial que haya un compromiso político mundial que apoye la financiación a largo plazo de los ODM,” dice el Dr. Andrew Cassels, Director de ODM, Salud y Políticas de Desarrollo de la OMS. “Hay que recurrir a todos los medios posibles para obtener recursos, sin olvidar el alivio de la deuda. Necesitamos recursos previsibles y estables que permitan a los países formular planes a largo plazo. La salud debe ser un elemento fundamental de ese esfuerzo”.
Además de inversiones urgentes, los sistemas de salud necesitan que los países en desarrollo se comprometan a realizar una gestión más responsable y a incluir la salud entre las prioridades de sus planes nacionales y de reducción de la pobreza, y que los donantes coordinen mejor las ayudas. En el informe se cita como ejemplo de falta de coordinación el caso de Viet Nam, que en un año recibió la visita de 400 delegaciones de donantes. La falta de coordinación hace que unos sistemas de salud ya frágiles se debiliten aún más. A fin de abordar este problema relacionado con las estadísticas sanitarias, un amplio número de interlocutores se han asociado para constituir la Red de Sanimetría, una alianza mundial que tiene por objeto mejorar la disponibilidad y la calidad de los datos sanitarios y reforzar así la rendición de cuentas.
En muchos países, particularmente en África, la falta de personal es el principal problema de los sistemas sanitarios. “La emigración, las muertes producidas por el SIDA y, sobre todo, los bajos salarios y las malas condiciones laborales han provocado una importante escasez de recursos humanos” comenta el Dr. Ties Boerma, director de Sistemas de Medición e Información Sanitaria de la OMS. El 90% de la población africana vive en zonas donde el número de médicos por cada 10 000 habitantes no llega a cinco”.
En la Asamblea Mundial de la Salud de 2005, los Estados Miembros de la OMS reiteraron su llamamiento a los donantes para que aumenten el nivel de asistencia oficial al desarrollo hasta el 0,7% del PNB. Al mismo tiempo se instó a los países en desarrollo a que incluyan la salud entre las prioridades de sus presupuestos nacionales y a los países africanos a que cumplan el compromiso contraído a ese respecto en Abuja en 2001.
El informe La salud y los Objetivos de Desarrollo del Milenio también señala los retos sanitarios que los países en desarrollo tendrán que afrontar de cara al futuro. Para que la salud pueda contribuir realmente a reducir la pobreza, será necesario abordar las cuestiones siguientes:
* el aumento de la carga de morbilidad de las enfermedades no transmisibles en los países en desarrollo, que está dando lugar a una “doble carga” de morbilidad;
* la “transición de la nutrición”, es decir la adopción por la población de los países en desarrollo de los hábitos alimentarios poco sanos comunes en los países más ricos y las consecuencias que ello tiene para la salud;
* la necesidad de garantizar el acceso universal a servicios de salud reproductiva y sexual, tal como se acordó en la Conferencia Internacional sobre la población y el Desarrollo de El Cairo;
* los efectos de la globalización en la propagación de enfermedades y la migración del personal sanitario.
La consecución de los objetivos y metas relacionados con la salud constituye una parte esencial de los ODM, aprobados por 189 dirigentes de todo el mundo en la Declaración del Milenio adoptada en la Cumbre del Milenio de 2000. Los Jefes de Estado y de Gobierno volverán a reunirse en Nueva York del 14 al 16 de septiembre con ocasión de la Cumbre Mundial de 2005 para examinar los compromisos asumidos en la Declaración del Milenio.
Tres de los ocho objetivos están relacionados con la salud, así como 8 de las 18 metas y 18 de los 48 indicadores. Junto con otros organismos, la OMS se encarga de elaborar las estadísticas de 17 de los 18 indicadores relacionados con la salud.