La OIT se honra en poder unirse al movimiento cooperativo internacional para la celebración de la 83.ª Jornada Cooperativa Internacional y del 11° Día Internacional de las Cooperativas de la ONU.
En el Año del Microcrédito, conviene centrarse en la relación que existe entre las cooperativas y los servicios de financiación y su contribución al establecimiento de estrategias eficaces destinadas a reducir la pobreza.
En todo el mundo, los pobres luchan con todas sus fuerzas por sobrevivir, pero a menudo no logran ganar lo suficiente para que ellos mismos y sus familias puedan superar el umbral de pobreza. El trabajo decente, esto es, el trabajo con derechos, protección y representación, es el único camino sostenible para superar la pobreza. Es también la base de una vida decente para las mujeres, los hombres y sus familias.
Las cooperativas son instrumentos a través de los cuales se puede lograr dicho objetivo. Las cooperativas, en tanto que empresas dirigidas por sus miembros, gestionadas democráticamente, de base local y basadas en valores, movilizan la autoayuda y la ayuda mutua entre los pobres.
La solidaridad constituye también una parte central de las iniciativas de microfinanciación. Las cooperativas financieras prestan los servicios que precisan los pobres: instituciones estables y accesibles; programas de pequeño ahorro; préstamos garantizados exclusivamente por la solidaridad del grupo, y un seguro básico que cubre los riesgos que atentan contra los medios de vida.
El acceso a los servicios financieros para las mujeres y los hombres que viven en la pobreza es esencial para brindar oportunidades económicas y vías que conducen a la protección social. A mediados del siglo XIX, el movimiento cooperativo asumió el reto de proporcionar servicios financieros a los pobres de medios rurales y urbanos mediante el establecimiento de cooperativas de ahorro y de crédito y, más tarde, de cooperativas de seguros. Estas cooperativas financieras están muy arraigadas en todo el mundo.