La 7ª Reunión Regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) concluyó hoy en esta ciudad, con un acuerdo por parte de los representantes tripartitos de 50 Estados Miembros para “actuar conjuntamente, a través del diálogo y la cooperación, en la promoción de un futuro común en democracia, prosperidad económica y justicia social”.
Más de 600 representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores de la región de Europa y Asia Central, que se extiende desde el Atlántico Norte hasta el Pacífico, destacaron al concluir el encuentro que “la buena gobernanza, el progreso social y económico y la lucha contra la corrupción dependen de instituciones democráticas cuya legitimidad está basada en la libre elección de los representantes, de un diálogo social eficiente, de los principios y derechos fundamentales en el trabajo, y del imperio de la ley”.
En el encuentro, que contó con la participación de más de 30 ministros del trabajo, cuatro jefes de gobierno – el Primer Ministro de Hungría, Ferenc Gyurcsány, el Primer Ministro de Luxemburgo en ejercicio de la presidencia de la Unión Europea, Jean-Claude Juncker, el Primer Ministro de Kajastán, Daniel Akhmetov, y el Primer Ministro de Malta, Lawrence Gonzi – y el comisionado de la UE para Empleo y Asuntos Sociales, Vladimir Spidla, los delegados subrayaron “la gran importancia de un verdadero diálogo social para hacer frente a los desafíos de la globalización”.
“Lo que estamos viendo es el desarrollo del papel de la OIT como promotora del diálogo social, la gobernanza y la integración económica con miras a lograr un futuro común en Europa y Asia Central”, dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia. “Todo esto contribuirá a mejorar la capacidad de nuestra Organización y de sus interlocutores sociales para la promoción del trabajo decente”.
La Reunión Regional de la OIT es el único espacio institucional en el cual confluyen delegaciones tripartitas de los 25 países de la UE, de los países del Pacto de Estabilidad para la Reconstrucción de Europa Sudoriental, de la Comunidad de Estados Independientes y del Consejo de Europa, para discutir sobre temas de interés común relacionados con el mundo del trabajo.
En sus conclusiones los delegados hicieron notar que la globalización y la acelerada integración económica plantean desafíos que son comunes para todos los países de Europa y Asia Central, para las empresas y los trabajadores. Destacaron la necesidad de “una visión común sobre la necesidad de alcanzar una mayor coherencia de políticas al nivel nacional, regional y global, incluyendo aquellas de carácter económico, social y financiero, y también las relacionadas con el trabajo decente”, basado en los principios y derechos fundamentales en el trabajo, en el empleo, en la protección social y en el diálogo social.
Los delegados dijeron que el informe final de la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización, que fue establecida por la OIT, constituye “un valioso estímulo para dialogar al nivel nacional, regional e internacional sobre la promoción del trabajo decente como una meta global”, y destacaron la resolución adoptada por la Asamblea General de la ONU en diciembre, en la cual se pide que las recomendaciones de la Comisión sean tomadas en cuenta en la revisión de las Metas de Desarrollo del Milenio que se realizará próximamente.
También destacaron la necesidad de que la OIT estreche sus lazos con países donantes y con la Comisión Europea, con el fin de suministrar cooperación técnica para promover el trabajo decente en países que soliciten este apoyo.
La vida y el trabajo
El encuentro debatió sobre la necesidad de desarrollar políticas para apoyar a las personas en los cambios que experimentan durante su vida laboral, principalmente en cuatro momentos de transición: de la educación al trabajo, de un empleo a otro empleo, de un país a otro país, o de un puesto de trabajo a la seguridad en la vejez.
Las conclusiones plantean la necesidad de que los gobiernos, en consulta con los interlocutores sociales, aborden las necesidades de los trabajadores jóvenes en el marco de sus “estrategias nacionales de empleo”; piden a la OIT que realice consultas tripartitas sobre flexibilidad y seguridad para las empresas y los trabajadores, con el fin de enfrentar los desafíos planteados por una mayor competitividad en un mundo globalizado y por la necesidad de adaptarse a un mercado que cambia rápidamente; solicitan a los interlocutores sociales tripartitas apoyar el desarrollo de un marco multilateral no vinculante para un enfoque de las migraciones basado en derechos adoptado durante la Conferencia Internacional del Trabajo en junio pasado; y solicitaron que la OIT de asistencia técnica a mandantes de la región y facilite el intercambio de experiencias para el diseño y la administración de sistemas de pensión.
El encuentro también pidió a los países de la región que aún no han ratificado los ocho convenios fundamentales de la OIT que procedan a hacerlo. Los convenios tienen que ver con libertad sindical, igualdad en el trabajo, y con la eliminación del trabajo infantil y del trabajo forzoso para 2008, cuando se cumplen 10 años de la Declaración de la OIT sobre Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo. La OIT destacó que se requieren 16 ratificaciones para que esta sea la primera región del mundo en alcanzar ratificación universal de estos convenios.