El número de civiles desplazados aumenta drásticamente según se intensifica el conflicto
El UNICEF anunció que el número de civiles desarraigados desde el comienzo de este año por el conflicto armado en el distrito de Ituri, en el Congo Oriental, ha aumentado drásticamente durante la última semana.
Aunque unos 40.000 civiles ya habían huido de los ataques a sus aldeas durante la primera semana de febrero, observadores sobre el terreno informan de otros 30.000 desplazados para el 12 de febrero.
En declaraciones realizadas en Nueva York, Carol Bellamy, la Directora Ejecutiva del UNICEF, dijo que el aumento de la intensidad del conflicto es "una seria amenaza al proceso de paz, y un letal paso atrás para los niños del Congo".
"Debemos despertar el mismo sentimiento de urgencia hacia el Congo que el que despertamos con el tsunami, a fin de detener la masacre de los niños", dijo Bellamy. "Ese es un país que se encaminaba hacia un proceso de paz, con la promesa de elecciones en junio. La renovación de los ataques contra civiles pone en riesgo el proceso de transición y constituye un desastre para los niños y niñas congoleses".
La guerra en la República Democrática del Congo es uno de los conflictos más sangrientos que el mundo ha conocido desde la segunda guerra mundial. En menos de seis años, se calcula que aproximadamente 3,8 millones de personas han muerto. La mayoría eran civiles, y la mayor parte son probablemente de menores de edad.
Muchos han muerto en combate, pero un número mucho mayor ha muerto de enfermedades y de hambre. Mientras casas, hospitales y escuelas han sido destruidos, las familias y comunidades que intentan escapar de la violencia armada se encuentran sin alimento, agua, albergue y otros servicios básicos. Unos 1,9 millones de niños y niñas padecen de alguna forma de desnutrición grave.
La zona más afectada por el actual brote de violencia es el territorio de Djugu, exactamente al norte de Bunia, donde las aldeas han sido saqueadas y quemadas por facciones armadas vinculadas a diferentes grupos étnicos. Las entrevistas con civiles aterrorizados confirman que ha habido un gran número asesinatos, violaciones y saqueos.
Katya Marino, un oficial de educación del UNICEF en Bunia que acaba de volver de hacer una evaluación en uno de los cuatro lugares que albergan a personas desplazadas, dijo que, solo en ese lugar, ingresan unas 600 personas al día. "Tan pronto como uno sale de Bunia, no existe ninguna seguridad fuera de esos pocos sitios protegidos por las fuerzas de pacificación de las Naciones Unidas. Hay hombres armados, hay una sensación de terror, y es muy difícil para nosotros llegar a las personas que necesitan nuestra ayuda".
El UNICEF ha emprendido una importante operación de socorro para asistir a las 70.000 personas que se calcula que han podido ponerse a salvo en esos cuatro sitios custodiados por las tropas de las Naciones Unidas. Las intervenciones incluyen el suministro de agua potable, el acceso a instalaciones de saneamiento, la provisión de albergue y materiales de cocina así como la distribución de galletas ricas en proteínas para los niños y niñas más expuestos. Hasta el sábado pasado, el UNICEF había distribuido artículos domésticos básicos a más de 11.000 familias y planeaba una distribución ulterior a otras 5.000 familias en los próximos días.
Existe un plan en marcha para vacunar a niños y niñas contra el sarampión y comenzar un programa educativo.
El UNICEF aspira a conseguir 34,6 millones de dólares para su operación de emergencia en ese país en 2005.
Para obtener más información, sírvase dirigirse a:
Damien Personnaz, UNICEF Media, Ginebra, 41 22 909 5716,
Gordon Weiss, UNICEF Nueva York, 1 212 326-7426