1. Disparidad de las situaciones presupuestarias
Debido al deterioro sufrido en el 2003, el déficit público global en la zona euro seguirá situándose en el 2004 en torno al 2,7% del PIB (2,6% en la UE). Este año se espera que aumente en varios Estados miembros con respecto al 2003, aumento que se verá compensado por su disminución en Alemania, España, Francia, Austria y el Reino Unido. En el caso de Dinamarca, Suecia y Finlandia el aumento obedece a la caída del superávit.
En muchos casos esta situación requiere la activación de los instrumentos de control del presupuesto previstos en el Tratado y en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC). Concretamente:
La superación en los Países Bajos del 3% del PIB en el 2003 requiere que la Comisión elabore inmediatamente un informe sobre ese déficit excesivo (apartado 3 del artículo 104). Se decidirá incoar el Procedimiento del Déficit Excesivo en función de las medidas que se tomen en el 2004 para atajar esta situación.
En el 2003 el déficit presupuestario se situó en Italia ligeramente por debajo del 2,5% del PIB, pero según las previsiones de la Comisión, en el 2004 superará el 3% del PIB. Suscita preocupación el frenazo en la reducción de la deuda, que con el 106% del PIB es la más alta de la zona euro y requiere la inmediata activación del mecanismo de alerta temprana para que las Autoridades tomen las necesarias medidas de reajuste.
Los últimos datos facilitados por el Gobierno griego arrojan un creciente déficit presupuestario que en el 2003 se situaba justo por debajo del 3% del PIB. Con estos datos en la mano, la Comisión augura para el 2004 un déficit por encima del 3%. Ahora bien, como los datos del 2003 no han sido confirmados por Eurostat, no constituyen de momento una base fiable para evaluar la situación presupuestaria. Se está preparando para finales de abril una misión de investigación para recabar más información con la que poder tomar una decisión sobre los pasos a seguir.
En el 2002 y 2003 se mantuvo el déficit en Portugal por debajo del 3% del PIB. Portugal ha respetado por lo tanto la recomendación sobre el déficit excesivo que se le remitió en el 2002 (apartado 7 del artículo 104) y procede lógicamente anular el Procedimiento del Déficit Excesivo si bien se deberían tomar las medidas pertinentes para evitar que se vuelva a disparar el déficit.
En el Reino Unido las últimas estimaciones arrojan un déficit del 3,2% del PIB en el año civil 2003. A efectos de control presupuestario el período de referencia que importa en el caso del Reino Unido es el ejercicio presupuestario, que va del 1 de abril al 31 de marzo. Las previsiones de la Comisión y las declaraciones de las Autoridades británicas indican que en el ejercicio 2003-2004 el déficit superó el 3% del PIB. Procede, por lo tanto, que la Comisión redacte un informe sobre la existencia de un déficit excesivo. Sin embargo, se espera que el déficit disminuya por debajo del 3% del PIB tanto durante el año civil, como durante el ejercicio presupuestario. Sin perjuicio del resultado del Procedimiento incoado, hay motivos para pensar que no se ha dado un déficit excesivo en el sentido del Tratado y que por lo tanto procedería anular dicho Procedimiento.
Las previsiones se realizan sobre la base de que no va a haber ningún cambio de política y por lo tanto no se incluyen en ellas las medidas que pudieran ser adoptadas en futuros presupuestos. En consecuencia, para el 2005 se espera una ligera mejoría en la zona euro, cuyo déficit podría bajar hasta el 2,6% del PIB (2,4% en la UE). Partiendo de este supuesto, son cuatro los países (Francia, Italia, Países Bajos y Portugal) cuyo déficit se espera que supere el 3%.
2. Una economía mundial boyante impulsa el comercio
Tras los débiles avances registrados en 2002, el comercio mundial aumentó en al menos el 5% en 2003 según las estimaciones. A corto plazo cabe esperar una nueva aceleración, que llevaría este porcentaje al 8% en 2004-2005.
Según las estimaciones, el crecimiento del PIB mundial superó las expectativas en 2003 hasta alcanzar el 3,7%. La actividad económica mundial crecerá este año a un ritmo apreciable, del 4,5%, antes de estabilizarse en 2005. Esta aceleración obedece a toda una serie de factores, y, en particular, a unas políticas macroeconómicas flexibles, favorables condiciones de financiación y la vuelta de la confianza.
La distribución mundial del crecimiento se amplió en 2003: fue más fuerte de lo previsto en Estados Unidos, la CEI, los países de la OPEP, Asia (en particular, China) y los países adherentes. En Estados Unidos proseguirá la recuperación impulsada por la política de reactivación monetaria y presupuestaria y un claro crecimiento subyacente de la productividad, lo que permite prever un crecimiento del 4,2% en 2004. No obstante, este ritmo de crecimiento no parece sostenible dados los altos déficits público y corriente, y se prevé que la tasa de crecimiento caiga de nuevo al 3,2% en 2005.
Las perspectivas en Japón mejoraron claramente: según las estimaciones, el crecimiento pasará de aproximadamente un 2,7% en 2003 a un 3,4% este año. El país parece salir de la deflación, pero se mantendrá un déficit público superior al 7% del PIB en 2004 y 2005. En el resto de Asia, la situación sigue anunciándose muy favorable, con un crecimiento de alrededor del 7% previsto en 2004 y 2005. Hong Kong y Corea podrán aprovecharse en ese período de un ligero estancamiento de los espectaculares índices de crecimiento de China y la India. Entre las demás regiones emergentes, Latinoamérica duplicará su índice de crecimiento en 2004 tras los mediocres resultados de 2003; la actividad económica también se intensificará en África. En los países que se preparan para entrar en la Unión el 1 de mayo de 2004, así como en los demás países candidatos, el crecimiento seguirá siendo fuerte a lo largo del período contemplado gracias al impulso de la demanda interior y las reformas estructurales.
3. Subida del precio de las materias primas y recuperación de las bolsas
La recuperación mundial ejerce una presión al alza sobre los precios de los combustibles y otros productos básicos. La apreciación del euro preservó a la zona del euro de numerosos efectos perjudiciales debidos a esta tendencia, pero las consecuencias de la subida de precios para la economía mundial son menos alentadoras.
Con respecto a sus previsiones de otoño, la Comisión revisó al alza la curva prevista de los precios del petróleo. En 2003 el barril de crudo (Brent) se cotizó por término medio a 28,5 USD, y se prevé que alcance 31,5 USD durante los dos primeros trimestres de este año, antes de iniciar una gradual disminución, para estabilizarse en 31 USD por barril para todo el año. En 2005 se espera una ligera reducción; el precio del barril se acercaría por término medio a 29 USD.
Después de haberse estabilizado a mediados del año pasado, los precios de los valores mobiliarios empezaron el año nuevo con una tendencia ascendente antes de estancarse ligeramente en fechas recientes. Pese a la mejora de las perspectivas de crecimiento mundial, el rendimiento de las obligaciones públicas a largo plazo siguió siendo bajo desde el punto de vista histórico. El diferencial con respecto a las obligaciones de empresas también disminuyó a un nivel históricamente bajo. En general, cabe prever que esta evolución, que parece indicar una mejora de las condiciones financieras de la economía mundial con respecto al año pasado, sea favorable a la recuperación.
4. Las economías de la zona del euro y de la UE volvieron al crecimiento en el segundo semestre de 2003…
En la zona del euro, la recuperación de la actividad económica se debe a un fuerte aumento de las exportaciones, mientras que la contribución de la demanda interior al crecimiento fue negativa debido sobre todo a los malos resultados de la inversión en el tercer trimestre. Posteriormente, en el último, la demanda interior tomó el relevo del comercio como motor del crecimiento. La inversión se intensificó considerablemente, rompiendo con una larga tendencia a la baja. Pero el consumo privado siguió estancado y sin efectos sobre el crecimiento, y la contribución de las exportaciones netas fue negativa debido a la sensible aceleración de las importaciones.
La recuperación iniciada el segundo semestre de 2003 confirmó globalmente las previsiones de otoño de la Comisión. En cambio, lo sorprendente es su origen, puesto que el crecimiento más fuerte de lo previsto registrado en el tercer trimestre obedece a la demanda externa, y no a la interna. Los resultados del último trimestre se ajustaron más a las expectativas, tanto en la magnitud como en los componentes del crecimiento.
5. …y ese crecimiento se acelerará en 2004
Los indicadores envían señales alentadoras, que anuncian una recuperación, desde mediados del año pasado. El indicador del clima económico de la zona del euro ha mejorado desde el verano 2003, pero la tasa de utilización de capacidades en la industria manufacturera sigue por debajo de su media a largo plazo. Recientemente, el clima en la industria manufacturera era algo vacilante, lo que sin embargo no afecta a las previsiones de mejora de la producción.
En el sector de servicios, la confianza sigue en su nivel más bajo, pero las previsiones de demanda tienden a mejorar. La gradual recuperación de la confianza por parte de los consumidores se basa esencialmente en la mejora de las perspectivas de la economía y el mercado de trabajo. Como efecto indirecto, es de prever que los hogares se muestren más optimistas en cuanto a su propia situación financiera, lo que reactivaría los gastos de consumo.
La recuperación del gasto de las empresas y los hogares anunciado para los próximos meses está en parte relacionada con un nivel especialmente bajo de los tipos de interés reales, tanto a corto como a largo plazo. Esto contribuyó a reducir las dificultades presupuestarias de los hogares y las empresas al reducir el coste de intereses de su deuda. El resurgir de los mercados bursátiles a partir de marzo del año pasado y el vigor del mercado inmobiliario en algunos Estados miembros también contribuyó a reconstituir la riqueza perdida por el estallido de la burbuja bursátil. La renta disponible real de los hogares también se benefició de la fortaleza del mercado laboral y el crecimiento de los salarios reales. La reducción prevista de la inflación también tendría efectos positivos sobre el consumo.
Según las proyecciones, el índice de crecimiento medio alcanzará un 1,7% en 2004 y un 2,3% en 2005 en la zona del euro (2,0% y 2,4% en la UE), apenas sin cambios con respecto a las previsiones del pasado otoño. El crecimiento provendría de la demanda interior, a su vez impulsada por una aceleración de la formación de capital a lo largo de 2004, seguida por una recuperación más gradual del consumo privado.
6. Resultados y perspectivas alentadoras en el mercado de rrabajo
Pese a una prolongada ralentización de la actividad, el aumento de la tasa de desempleo siguió siendo modesto en comparación con ciclos anteriores. En la zona del euro, la tasa se estabilizó en el 8,8% en el segundo trimestre de 2003, después de haber aumentado en 0,8 puntos porcentuales durante la fase de ralentización del actual ciclo. En cambio durante la recesión de los años 90 una subida de más de 2 puntos porcentuales la llevó por encima del 10%. El panorama también es más alentador en cuanto a la destrucción de empleo. No hubo destrucción neta de empleo en la última fase de ralentización, mientras que en la recesión de 1992-93 desaparecieron más de 2,5 millones de puestos de trabajo.
Dado el carácter gradual de la recuperación y el desfase con el que habitualmente reacciona el mercado laboral, este año cabe esperar que se creen alrededor de medio millón de puestos de trabajo. Esta cifra se elevaría a más del doble en 2005, a medida que se acelere la recuperación. En 2004 la tasa de desempleo de la zona del euro seguirá estabilizada en el 8,8% (8,1% en la UE) para descender en 2005.
7. La inflación básica caerá por debajo del 2% este año
Pese a la ralentización económica y la apreciación del euro, la inflación básica mostró cierta rigidez en 2003 debido a una serie de factores temporales: la subida de los precios de la alimentación debido a las condiciones meteorológicas, así como el aumento de los precios de la energía y los impuestos indirectos. La inflación básica, estimada en cerca de un 2,1% en 2003, bajará este año al 1,8%, debido a los efectos diferidos de la apreciación del euro y las escasas tensiones sobre los precios domésticos. En 2005 se espera que de nuevo disminuya hasta el 1,6%.
La inflación subyacente se caracterizó asimismo por una relativa inercia en 2003. Ésta se observó sobre todo en el sector de servicios debido a la relativamente baja productividad del sector, menos expuesto a la competencia que la industria manufacturera. No obstante, el menor crecimiento del crecimiento de los costes unitarios de la mano de obra, debido a la mejora de la productividad y la continuación de la moderación salarial, también permitiría reducir la inflación subyacente.
8. Riesgos e imprevistos de las previsiones
Numerosas regiones del mundo envían señales alentadoras, que permiten predecir que el crecimiento mundial proseguirá; ello refuerza la probabilidad de una aceleración simultánea del crecimiento en todo el mundo, que crearía una dinámica de reactivación mutua. La economía estadounidense presenta, sin embargo, desequilibrios macroeconómicos ya antiguos que podrían frenar su crecimiento al final de período; la subida de los precios del petróleo y otros productos básicos podría también demorar el crecimiento mundial. En general, sin embargo, el contexto internacional tiende a ser favorable.
Una fuerte apreciación del euro podría de nuevo perjudicar a la actividad, sobre todo en el sector manufacturero de la zona del euro y, más concretamente, en los Estados miembros cuyo crecimiento económico depende últimamente de la demanda exterior. No obstante, una nueva apreciación reduciría de nuevo las tensiones inflacionistas, lo que aumentaría la renta disponible real.
La persistencia de la ralentización y las incertidumbres vinculadas a las rentas actuales y futuras minaron la confianza de los consumidores, lo que se tradujo en el aplazamiento de los planes de consumo y en un escaso consumo privado. Según los indicadores, los consumidores dudan aún en lanzarse a grandes compras de bienes de consumo duradero. Además aunque las tensiones geopolíticas se redujeron en el segundo semestre de 2003, la amenaza de atentados terroristas sigue pesando sobre la confianza de los consumidores, sobre todo después de los acontecimientos ocurridos en Madrid a principios de marzo. El restablecimiento de la confianza, al liberar esta demanda comprimida, aceleraría la vuelta al crecimiento. El aumento de los precios de los bienes inmobiliarios en varios países de la UE y el papel de la recuperación de las bolsas en la reconstitución del patrimonio de los hogares también favorecerían el gasto.
Si bien la inversión goza actualmente de buenas condiciones de financiación y de una evolución favorable de las rentas y la rentabilidad, no puede excluirse la posibilidad de dificultades debidas a un ajuste incompleto de los balances. Cabe asimismo recordar que la confianza puede verse influida favorablemente por avances visibles de las reformas estructurales.
En general, desde hace algunos meses la balanza de los riesgos parece inclinarse por el lado negativo.
9. Países adherentes: el impulso positivo de la adhesión a la UE
Pese a la apatía del crecimiento en la UE, las economías de los nuevos Estados miembros registraron en 2003, según las estimaciones, un sólido crecimiento del 3,6% por término medio, y la adhesión desencadenó una dinámica de crecimiento favorable. Este crecimiento se ve impulsado, en particular, por el consumo privado, en particular en los Estados bálticos, Hungría y la República Checa. Tres factores vinieron a apoyar el gasto doméstico, a saber: i) una renta disponible real en alza, gracias en parte a una inflación relativamente baja en numerosos países, de un nivel cercano al observado en la zona del euro; ii) mayor facilidad de acceso al crédito, debido al desarrollo del sistema bancario, y iii) gastos anticipados antes de la subida de precios prevista en 2004 por el aumento de los impuestos indirectos.
La inversión fue débil en 2003 (salvo en los Estados bálticos), reflejo de la situación mundial, y también del frenazo al proceso de reforma. Es de señalar el excelente comportamiento de las exportaciones, en particular en Eslovaquia, que, ante la debilidad de la demanda de la UE, se explica esencialmente por unas exportaciones de mayor valor añadido. En Polonia, la depreciación del zloty contribuyó en gran parte a los buenos resultados de exportación.